Los 8 tipos de risa (y sus características)

La risa es una reacción que transmite bienestar, distensión y agrado, aunque también puede asociarse a otras muchas emociones, algunas de ellas negativas.

Tipos risa

La risa es una reacción física humana que consiste en una serie de contracciones diafragmáticas y flujos aéreos, traducidos en sonidos audibles o casi audibles. Según neurobiólogos, este acto se trata de un balbuceo lúdico, instintivo, contagioso, estereotipado e involuntario que pocas veces tiene lugar en soledad. Como todo constructo, la risa tiene un motivo con y para la sociedad, pues con ella tratamos de transmitir un mensaje al entorno, ya sea de forma consciente o inconsciente.

Normalmente, la risa se considera como una manifestación audible de una serie de estados emocionales positivos, como disfrute, alegría, alivio, sorpresa y bienestar. De todas formas, existen tipos de risas que pueden evidenciar actos completamente contrarios a los citados, como pueden ser las emitidas por cortesía, nerviosismo o avergonzamiento. Las conductas humanas siguen una serie de patrones comunes, pero el significado de los actos depende completamente del bagaje individual y del entorno en el que se llevan a la práctica.

La edad, el género, la educación, el lenguaje y la cultura son condicionantes que explican, hasta cierto punto, el significado y uso de la risa en un momento concreto. Con base en todas estas premisas tan interesantes, hoy te lo contamos todo sobre los 8 tipos de risas. No te lo pierdas.

¿Qué es la risa y cómo se clasifica?

A nivel neurológico, se ha demostrado que el acto de reírse está relacionado con la activación de la corteza prefrontal ventromedial, una parte esencial en el encéfalo de los mamíferos. La estimulación de este área se traduce en la liberación de endorfinas, péptidos opioides que inhiben de forma normal la transmisión de estímulos dolorosos y fomentan la producción de euforia en la inmediatez del momento. Además, al no existir un “centro neural de la risa”, se cree que también juegan papeles esenciales en su desarrollo otras estructuras, como el hipocampo y la amígdala (sistema límbico).

Curiosamente, se han cimentado durante varios años ideas y terapias basadas en las propiedades farmacológicas de la risa. Por ejemplo, se estipula que este acto libera endorfinas y, a su vez, estas actúan como dilatadoras del sistema circulatorio, reportando así efectos cardioprotectores. También se sostiene la teoría de que la liberación de endorfinas puede ayudar a paliar el dolor en pacientes con malestar crónico, de ahí que la risoterapia esté en auge a día de hoy.

Más allá de todos estos datos tan interesantes, cabe destacar que el mundo de la risa se puede clasificar, al menos hasta cierto punto. En las siguientes líneas, te mostramos los 8 tipos de risa, con base en el contexto, intensidad, patrón aéreo para su formación, la secuencia de tonos encadenados y muchas cosas más. No te lo pierdas.

1. Risa profunda (Belly laugh)

La risa profunda es la más honesta y difícil de experimentar, ya que es necesario ser expuestos a algo verdaderamente hilarante para llevarla a cabo. Su nombre en inglés “belly laugh” hace referencia a las contracciones diafragmáticas que tienen lugar para que esta se pueda producir, generalmente en forma de risotadas y carcajadas muy audibles.

La Terapia Expresiva de la Risa Profunda (TERP) basa sus mecanismos terapéuticos en este tipo de acto, ya que se sostiene que presentan una capacidad analgésica, debido a la liberación de endorfinas previamente descritas. De todas formas, la risoterapia sigue envuelta en un halo de controversia: muchos de los estudios que tratan de atribuir a esta conducta efectos cuantificables fallan en su metodología o, en su defecto, no se tiene en cuenta que muchísimas emociones negativas también tienen cierto efecto analgésico transitorio.

Risa profunda

2. Risa nerviosa

Uno de los claros ejemplos de que no todas las risas van asociadas a connotaciones positivas. La risa nerviosa se produce por la expresión de vergüenza, alarma, incomodidad o confusión, emociones que nada tienen que ver con la alegría y el bienestar. Curiosamente, estos actos provienen “de la garganta” y no del diafragma, así que no se consideran risas reales. Se trata de un intento subconsciente para recuperar la calma ante una situación de estrés, aunque suele tener el efecto contrario.

3. Risa de cortesía

La risa de cortesía se considera análoga a la nerviosa, pues se lleva a cabo de forma consciente, con la finalidad de agilizar una situación concreta. La risa real (belly laugh) compromete más estructuras musculares, tiene un recorrido neuronal más complejo y se trata de una acción completamente involuntaria. Por otro lado, la risa de cortesía es un gesto efímero y realizado con esfuerzo mínimo, cuyo objetivo puede ser lograr algo (agradar) o limitar al máximo un contacto (me río de todo lo que dice, a ver si se va).

Risa cortesía

4. Risa contagiosa

La risa contagiosa surge por las mismas premisas que los bostezos, por ejemplo. Se atribuye la reacción en cadena entre individuos de la misma especie a las neuronas espejo, un grupo celular que se activa cuando un congénere realiza una acción, con la finalidad de repetirla.

Se estipula que la base de esta imitación es la socialidad, pues la repetición de gestos de forma involuntaria nos otorga una sensación de unidad e identidad como un “todo” entre congéneres. Los mecanismos de las neuronas espejo podrían llegar a explicar por qué nos reímos sin saber por qué cuando otra persona lo hace.

5. Risa silenciosa

Como su propio nombre indica, es aquella risa que emite un sonido parcial o totalmente imperceptible. De todas formas, el mensaje queda claro por parte del receptor del gesto, pues la risa silenciosa va acompañada de una sonrisa facial, que indica bienestar, placer o complacencia.

6. Bufido (snort)

Este tipo de risa suele asociarse a situaciones vergonzosas, pero la realidad es que hasta un tercio de la población se ríe de esta forma. El snort se diferencia de la belly laugh en el patrón respiratorio: mientras que en el segundo caso la exhalación de aire ocurre a través de la boca, en el bufido este sale por la nariz, generando una “turbulencia de intercambio aéreo”.

Cuando el aire se mueve hacia adentro o hacia fuera de forma rápida, las ondas vibran en los tejidos adyacentes, generando el bufido o snort. Además, este tipo de risa es el que suele tener lugar cuando la persona está intentando aguantar una carcajada.

Bufido

7. Risa enlatada

Puede sonar anecdótico, pero la risa enlatada es un recurso sonoro extremadamente común en la televisión, el cine y la radio. Quizá por los mecanismos citados con anterioridad, se suele acudir a una risa pregrabada (sobre todo en comedias) para indicar a los espectadores cuándo deben reírse en un momento concreto del show.

Además de confiar en los mecanismos de contagio, las risas enlatadas tienen como finalidad simular una situación de directo, a pesar de que no haya público presente. De todas formas, este recurso está cada vez más en desuso, debido al abuso del mismo en el pasado: sin ir más lejos, se estima que en la sitcom Big Bang hay una risa enlatada cada 8 segundos y medio, o lo que es lo mismo, cada 1,47 frases. Sin duda, la explotación de este recurso ha llevado a su declive y mala fama en la actualidad.

8. Risa maliciosa

De nuevo, otro de los tipos de risa que dependen del contexto, no del mecanismo aéreo de producción. En este caso, el acto no se asocia al bienestar como un sentimiento universal, sino al divertimento a costa del sufrimiento ajeno. Es un recurso muy común en las obras de ficción clásicas, donde los villanos se ríen para mostrar sus intenciones maliciosas.

Resumen

Como habrás podido observar, el mundo de las risas es extremadamente diverso en el entorno humano, pues hay casi tantas como situaciones sociales y emociones posibles. Tanto como recurso estilístico como signo de intencionalidad, las risas nos acompañan en todo momento de nuestra vida, desde que somos bebés hasta la senescencia.

Los tipos de risa se pueden clasificar según el mecanismo fonador, la intencionalidad del emisor, la finalidad estilística, el patrón de emisión sonora, la situación social en la que se presenta, el motivo emocional y otras muchas cosas más. Si algo queremos destacar en estas líneas finales, es que el comportamiento humano va mucho más allá de sus límites fisiológicos.

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