Los 10 tipos de matrimonio que existen (y sus características)

Los vínculos conyugales entre dos personas forman parte de las culturas humanas y existen muchos tipos de matrimonio más allá del civil y religioso. Aquí te los mostramos.

Tipos matrimonio

El matrimonio es una institución social presente en muchas culturas, concertada mediante ciertos ritos, con el fin de establecer y mantener una comunidad de vida e intereses. Para que te hagas una idea de la cantidad de estas uniones que suceden de forma anual, en Estados Unidos en el año 2019 se produjeron 16,3 matrimonios por cada 1.000 mujeres adultas.

La unión matrimonial establece entre cónyuges una serie de derechos y obligaciones que varían considerablemente entre países, pues, al ser un constructo social, depende completamente de la legislación y creencias de la región en la que se ejecuta. Como podrás imaginar, esto puede ser un gran motivo de conflicto internacional, pues delimitar dónde empiezan los derechos y acaba la tradición es una tarea cuanto menos compleja.

De todas formas, este tipo de unión está cada vez más estigmatizada en diversos sectores de la sociedad, pues suele presentar una serie de connotaciones “tradicionales” que no casan del todo con algunos idearios. Si en el año 1970 el 68,8% de las mujeres entre 15 y 49 años estaban casadas, se estima que en el 2030 la cifra difícilmente llegará al 63%.

¿Cuántos tipos de matrimonio existen?

En general, solo distinguimos 2 tipos de matrimonio a nivel legal en las sociedades occidentales: el civil y el religioso. De todas formas, más allá de estos constructos, existen una serie de uniones matrimoniales que difieren en concepto, libertades y hasta número de implicados. En base a diversos parámetros, te mostramos los 10 tipos de matrimonio. No te lo pierdas.

1. Tipos de matrimonio clásicos

Empezamos con lo más sencillo, es decir, diferenciando un matrimonio civil de uno religioso.

1.1 Matrimonio civil

Es el tipo de casamiento que se contrae, formaliza e inscribe ante las autoridades civiles (como el registro civil, jueces y la administración pública) y no en base a los dogmas y creencias de una religión, sea cual sea. Desde un punto de vista práctico funciona como un mero contrato y, como tal, puede disolverse cuando se desee, siempre apelando a la libertad individual.

1.2 Matrimonio religioso

Desde un punto de vista meramente legal, un matrimonio civil y uno religioso son lo mismo. Al igual que el casamiento únicamente ante la ley, un matrimonio religioso, tras la celebración pertinente en base a los cánones ideológicos, también debe ser presentado ante un juzgado o ayuntamiento para comunicar la unión realizada.

De todas formas, el matrimonio religioso se diferencia claramente del civil en un concepto clave: presenta una serie de connotaciones férreas a nivel ideológico. Por ello, el divorcio tras este tipo de unión es bastante más complejo, pues puede que una pareja esté divorciada a los ojos del estado, pero no sea así para la comunidad religiosa en la que se encuentren ambos implicados. En una boda civil te casas ante la ley, y en una religiosa, presentas tu unión ante los ojos de Dios (sea cual sea su forma).

Matrimonio religioso

2. En base al número de implicados

Aunque la mayoría de definiciones en castellano recalquen que un matrimonio se produce entre dos personas (del mismo sexo o del opuesto), esto no tiene porqué ser así en todos los casos. Con los siguientes ejemplos, te quedará clara la variedad en lo que a número de implicados en esta unión se refiere.

2.1 Monogamia

Una persona se casa con otra. Es el tipo de relación más común en todo el mundo, pero no la única. Llama la atención conocer que existen dos tipos de monogamia: la serial y la absoluta. En la primera, se contempla que una persona se vuelva a casar tras la muerte de su compañero o divorcio, mientras que en una monogamia absoluta el casamiento tras la ruptura de un matrimonio previo no se concibe de forma legal.

2.2 Poliginia

Un hombre puede casarse con más de una mujer a la vez. La poliginia institucionalizada ha sido algo común a lo largo de la historia, pero por cuestiones de linaje, herencias y ética, cada vez se ha ido sustituyendo más por un matrimonio monógamo clásico. Algunas de las pocas culturas que aún practican la poliginia son la islámica e hinduista.

La ley islámica o Sharia estipula que un mismo hombre puede tener hasta 4 esposas legales distintas y un número ilimitado de concubinas (harén). En la práctica esto es muy difícil, pues, como proveedor del núcleo familiar, el hombre debe mantener a todas y cada una de sus mujeres. Como consecuencia, en este tipo de sociedades la poliginia solo se concibe en los estratos más ricos y pudientes.

2.3 Poliandria

Análoga a la poliginia (pero mucho menos común), en la poliandria una mujer puede tener 2 o más esposos. Este tipo de matrimonio se reserva a sociedades relictas y mayoritariamente indígenas, como los Inuit de América del norte o los Awás de Brasil.

Llama la atención conocer que este tipo de matrimonio tiene un claro componente utilitario e instintivo, pues solo se ha observado en sociedades donde hay un gran número de hombres comparado con la proporción de mujeres dispuestas a casarse. Además, también se concibe únicamente en aquellas culturas donde una persona de una etnia no puede relacionarse con alguien del sexo opuesto de otra. Tanto la poliginia como la poliandria son tipos de poligamia.

3. Según los constructos sociales

Cambiamos de tercio completamente, pues en este caso, te presentamos los tipos de matrimonio que se conciben desde un punto de vista psicológico/social, dejando a un lado la legislación y etnias y culturas.

3.1 Matrimonio desvitalizado

Según estadísticas, este tipo de matrimonio representa al 40% de las parejas de la sociedad moderna. Se trata de una unión matrimonial meramente utilitaria en la que ambas partes se encuentran parcial o totalmente descontentas, donde hay una clara inestabilidad y tendencia al roce. Se podría decir que la pareja permanece unida por falta de alternativas.

3.2 Matrimonio financiero

Se estima que representa al 11% de las parejas. Es una variante similar a la anterior, pues ambas partes están altamente descontentas con la rutina que llevan a cabo con sus cónyuges y la comunicación brilla por su ausencia. Como los implicados tienen bienes comunes y el divorcio supone un desembolso monetario importante, la pareja continúa únicamente por dinero.

3.3 Matrimonio tradicional

Representa al 10% de las parejas actuales. En este caso, ambos participantes están contentos con el constructo social que supone estar casado y ciertos aspectos diarios de la rutina, pero la comunicación y la vida sexual son una fuente de conflicto. Normalmente se basa en una unión religiosa y, por ello, tiende a ser estable de puertas para afuera y suele durar por mucho tiempo.

3.4 Matrimonio balanceado

Representa al 8% de las parejas. Los implicados están relativamente contentos con sus cónyuges y la vida sexual/afectiva es satisfactoria. Su punto fuerte se encuentra en la comunicación y resolución de problemas, algo que no sucedía en los casos previamente expuestos. Por desgracia, en esta ocasión el problema suele ser de tipo financiero.

3.5 Matrimonio armonioso

El matrimonio perfecto en todos los sentidos, dentro de lo que cabe. La comunicación es correcta, la expresión de afecto es la adecuada, la vida sexual funciona correctamente y la relación con elementos extramatrimoniales no se ve mermada. Si se le puede poner una pega a este tipo de matrimonio es que suele estar demasiado centrado y su propia dinámica, así que la fuente de conflicto puede surgir cuando un hijo entra en la ecuación.

Matrimonio feliz

Resumen

¿Qué te ha parecido? Más allá del matrimonio civil y religioso existe todo un mundo por explorar, pues las uniones entre seres humanos es muchísimo más compleja de lo que figura en un papel o legislación. La unión matrimonial depende del número de implicados, la dinámica de pareja que se produce, los motivos del casamiento e, incluso, de lo que se concibe a nivel social dentro de ellos.

Por desgracia, en ciertas regiones el matrimonio continúa siendo un elemento de opresión hacia la mujer, pues es bien sabido que el casamiento concertado en menores es algo vestigial pero común en algunas partes del mundo. Esperemos que, en futuras generaciones, el matrimonio sea en absolutamente todos los casos una elección producto de la afectividad entre dos (o más) personas.

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