Las 15 habilidades comunicativas más importantes

Desde saber escribir correctamente hasta el contacto visual, los gestos y el refuerzo de palabras, la comunicación no solo se basa en transmitir mensajes, sino en reforzar la empatía.

Habilidades comunicativas

Por suerte o por desgracia, todo ser humano sabe que la “no comunicación” no existe. Es imposible no expresarnos con otros seres humanos (ya sea de forma consciente o inconsciente), pues hasta el silencio más profundo revela un mensaje e intencionalidad concretos.

Así pues, en una sociedad global compuesta por más de 7.700 millones de personas, la comunicación y la transmisión de mensajes y conocimientos se hace esencial. Es por esto que hoy aprovechamos para contarte las 15 habilidades comunicativas más importantes, pues una correcta capacidad de dicción y comprensión pueden permitir al individuo llegar muy lejos en la escala social.

La importancia de la comunicación

Nos encontramos en una época en la que la comunicación se está redefiniendo desde un punto de vista conceptual, pues por ejemplo, el 82 % de las personas con acceso a internet entre los 18 y 29 años de edad utilizan algún tipo de red social. Además, se estima que más de 140 millones de tweets son enviados al día, por lo que no es descabellado afirmar que ciertas personas se comunican más por la red que cara a cara.

Esta realidad está cambiando la percepción humana de la comunicación y transmisión de información, pues según estudios, hasta el 55 % de los mensajes comunicativos en humanos se aportan con expresiones faciales no verbales (gestos, posición corporal y contacto visual, por ejemplo). La paralingüística, es decir, la transmisión de información más allá del mensaje directo (tonos e insinuaciones) sufre un duro golpe en los procesos de comunicación escrita.

En razón a la expansión de internet (más de 4.500 millones de personas lo usan), la comunicación escrita se encuentra en auge, pues la subjetividad del emisor, la metodicidad para la formación del mensaje y una composición característica hacen de este medio algo ideal para formar una idea clara y concisa.

Las habilidades comunicativas esenciales en la sociedad moderna

Sin más dilación, y una vez hemos evidenciado la dicotomía lingüística en la que nos encontramos actualmente, es hora de explorar las 15 habilidades comunicativas más importantes en la sociedad contemporánea.

15. Saber escribir

Puede parecer obvio, pero si concebimos un diálogo como una forma de entendimiento verbal o escrita en la que se comunican dos o más personas en un intercambio de información (alternando posiciones de emisor o receptor), está claro que el saber expresarse mediante escritura es algo cada vez más esencial.

Según La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), más de 793 millones de personas no saben leer o escribir en todo el mundo. Desde luego, estamos ante una capacidad que damos por hecho, pero nada garantizada en regiones de bajo ingreso.

Además, la capacidad de escritura no se basa solo en la formación de palabras. Se valoran rasgos tales como la concisión, verosimilitud, sencillez, cohesión y otros muchos parámetros más que maximizan la claridad del mensaje.

14. Contacto visual

Aunque no lo parezca, el contacto visual es una parte esencial de la comunicación en los seres vivos. Estudios estiman, por ejemplo, que un humano adulto debe realizar un contacto visual durante el 60-70 % de una conversación para crear un vínculo emocional con el receptor del mensaje.

La falta de contacto visual suele indicar, por parte del emisor, una falta de confianza acerca del mensaje que se está transmitiendo, incomodidad o inseguridad. Por ello, aprender a mirar a los ojos es esencial para hacer llegar a la otra persona una idea clara y concisa.

Contacto visual

13. Coherencia

Si entendemos la coherencia como la relación, conexión o unión de unas cosas con otras o aquello que interconecta o mantiene unidas las partes de un todo, está claro que estamos ante un rasgo esencial en el proceso comunicativo. Lo correcto es que tanto el cuerpo como el tono, cara y mente transmitan el mismo mensaje.

12. Evitar dinámicas de poder

En una sociedad jerarquizada, a veces resulta difícil no hacer uso de una situación ventajosa para imponer un mensaje a la fuerza. Ya sea de forma directa o indirecta, transmitir una idea en base al miedo de las posibles repercusiones nunca es una buena opción. El respeto debe ganarse en base a actos y comprensión, no imposiciones arbitrarias.

11. Capacidad de negociación

Negociar no solo se basa en realizar intercambios monetarios, pues cualquier diálogo fruto de un disentimiento que requiera de una decisión común se puede considerar una negociación. Las bases para negociar correctamente se cimentan en saber identificar los conflictos, aportar datos fehacientes que respalden el ideal perseguido, y sobre todo, escuchar los argumentos del otro.

10. Empleo de gestos

Como hemos dicho con anterioridad, estudios calculan que el 55 % de la comunicación humana se da por medio de expresiones faciales no verbales y un 38 % por medio del paralenguaje. Los tonos, gestos e insinuaciones dicen mucho más que cualquier palabra, por lo que apoyarnos en nuestras propias expresiones y gesticulaciones es siempre una buena idea para transmitir un mensaje concreto.

9. Escucha activa

El acto de la comunicación requiere de un emisor y un receptor, y en muchos casos (sobre todo en explicaciones extensas), el emisor necesita reafirmación para continuar expresando su mensaje con comodidad y libertad.

Es por esta razón que acompañar como receptor una explicación con palabras tales como “sí”, “entiendo” o “continúa” suele ser una buena idea. El emisor se siente escuchado y, a su vez, percibe un interés real o infundado por parte del que está recibiendo la información. Todo esto se conoce como escucha activa.

Escucha activa

8. Claridad

Tanto en un lenguaje escrito como verbal, la claridad es la reina de la transmisión de información. Diversos estudios muestran que la capacidad de atención en internet del ser humano dura unos 8 segundos, por lo que el mensaje es claro: ir al grano prima en una sociedad en la que todo va demasiado rápido. Y constantemente hay que procurar recuperar y mantener la atención de los oyentes.

7. Selección del canal más adecuado

Puede parecer una cuestión anecdótica, pero dependiendo del canal en el que se presente la información (escritura, habla o imágenes, por ejemplo), el mensaje puede cambiar totalmente, y por lo tanto, su efectividad de transmisión también.

6. Evitar elementos que dificultan la comunicación verbal

La comunicación verbal y una escucha activa adecuada se pueden ver lastradas por varios actos del receptor, como pueden ser los juicios, distracciones, interrupciones, negaciones y contraargumentos. Es necesario tener en cuenta un concepto claro: escuchamos para entender, no para rebatir. Si las primeras palabras del receptor tras un argumento son “ya, pero”, es bastante posible que no estuviera prestando atención a las ideas del emisor.

5. Aplicar la escucha discernitiva

En algunas ocasiones, la escucha activa (entender el mensaje y apoyar la comprensión con locuciones) no tiene por qué ser el mejor recurso. A veces se requiere escuchar de forma discernitiva, es decir, prestar más atención a los detalles más relevantes, seleccionarlos y extraerlos del mensaje general. Esto suele ahorrar tiempo y evitar confusiones y engaños.

4. Involucración

Muchos de estos elementos, en cierto modo, pertenecen al amplio arco de actos que abarca la escucha activa. El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se encuentra al alza, pues en ciertas poblaciones alcanza prevalencias de hasta el 5 %. Esto denota una serie de disfuncionalidades de combinación genética y ambiental cada vez más presentes en nuestra sociedad.

A la hora de establecer la comunicación, uno de los factores más esenciales para que el mensaje se transmita efectivamente es que tanto emisor como receptor puedan ser capaces de abstraerse del medio y centrarse en la conexión momentánea con el otro.

3. Adecuación al receptor

Desde luego, a la hora de transmitir un mensaje como emisores, la información debe presentarse de una forma u otra según la persona a la que va dirigido el mensaje. Esto no significa que debamos enmascarar nuestra condición para mimetizarnos con el que recibe el mensaje: se trata de adaptar y entender, no imitar.

2. Ejercitar la empatía

La empatía, definida como la capacidad de ponerse en el lugar del otro reconociéndolo como igual, es la habilidad básica en cualquier tipo de interacción social. Según diversos estudios, la capacidad empática depende del género y la edad, pues se ha observado que las mujeres y los ancianos presentan mayores indicadores objetivos de empatía e inteligencia emocional.

Desde luego, ninguna predisposición es excusa para no ejercitar la actividad empática día a día. Todos tenemos en nuestro poder la capacidad de percibir e integrar la empatía, por lo que buscar métodos que nos permitan ejercitarla es casi una obligación ciudadana. No se trata de tratar a los demás como queremos ser tratados, sino de entender como ellos quieren ser comprendidos y adecuarnos a sus necesidades.

1. Asertividad

Desde luego, muchas de las habilidades comunicativas más importantes se pueden albergar bajo el paraguas de la asertividad. Si definimos este complejo término como una habilidad social que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos (respetando a los demás), podemos llegar a la conclusión de que, en una sociedad moderna caracterizada por la individualización y la falta de atención, saber hacer llegar al otro nuestros deseos de forma educada y efectiva prima sobre todo lo demás.

Situada entre la pasividad y la agresividad, la asertividad nos permite posicionarnos en un punto intermedio, un equilibrio que nos permite emitir de forma eficaz nuestras voluntades y derechos sin pisar los de los demás. Existen múltiples técnicas asertivas a tener en cuenta para mejorar en este ámbito a nivel individual, las cuales se pueden aprender en sesiones psicológicas.

Asertividad

Resumen

Como hemos podido ver, las 15 habilidades comunicativas más importantes se pueden resumir en unas pocas palabras: escuchar, comprender, entender y defender nuestros derechos. Ser hábil socialmente no siempre implica subyugarse al interés común, pues, a veces, los mejores comunicadores hacen llegar sus ideas y convencen al resto sin que los receptores se den cuenta del cambio de paradigma que se da a su alrededor.

Hay que saber con quién nos comunicamos, cómo debemos hacerlo, identificar los posibles puntos de conflicto tanto presentes como futuros y atajarlos con empatía, escuchar activamente, ser claros y ejercer otras muchas técnicas. Desde luego, de aquí sacamos en claro que la comunicación es un auténtico arte.

Referencias bibliográficas

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  • Upegui, M. E. M., Velásquez, M. A. F., Ríos, M. A. M., Trujillo, V. L. B., & Salazar, D. A. R. (2009). Desarrollo de las habilidades comunicativas en la escuela nueva. Revista Educación y Pedagogía, (55), 189-210.
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