Los 8 tipos de radioterapia (y sus características)

La radioterapia es una de las técnicas más utilizadas para abordar el cáncer, pero esta se escinde en diversas metodologías, dependiendo de las necesidades del paciente. Aquí te las contamos.

Tipos radioterapia

A nivel biológico, el cáncer parece casi un evento anecdótico. Una línea celular sufre una mutación esporádica y, debido a los cambios en su genoma, no responde a los procesos de división y senescencia normales. Como este grupo de células crece de forma descontrolada, forman un tumor y, en los peores casos, pueden ingresar en el torrente sanguíneo o linfático y colonizar un nuevo tejido, dando lugar a la metástasis temida.

Algo tan sencillo como lo que te acabamos de describir supone, a día de hoy, uno de los problemas de salud más grandes a nivel mundial. Más de 32 millones de personas viven en todo el mundo con cáncer en cualquier momento dado y, por desgracia, más de 8 millones de pacientes pierden la lucha contra sus tumores de forma anual. Casi una de cada 6 defunciones en el planeta se deben a esta neoplasia maligna.

Los datos siguen cayendo como jarrones de agua fría, pero no queremos que te quedes con la parte negativa de este grupo de patologías. El 30% de los cánceres surgen por eventos controlables (fumar, beber, sedentarismo, adicciones y otros hábitos) y algunos tumores (como el de testículo) cuentan con un porcentaje de supervivencia de un 99%. La detección de un tumor no es el final del camino, sino el inicio de una batalla que es más que posible ganar.

El paciente oncológico tiene a la familia, ciencia y sanidad de su lado, así que es hora de plantarle cara a ese grupo de células rebeldes y darlo todo para vivir, que no es poco. En base a esta premisa difícil de tratar pero esperanzadora, te mostramos los 8 tipos de radioterapia y sus características.

¿Qué es la radioterapia y cómo se clasifica?

La radioterapia (RT) es una modalidad clínica que se sirve del uso de radiaciones ionizantes para tratar distintos tipos de neoplasias malignas (y algunas enfermedades benignas, de forma ocasional). Esta técnica busca destruir a las células cancerígenas con el menor daño posible a los tejidos circundantes, algo que se antoja difícil con un tratamiento quimioterapéutico.

El 65% de los pacientes oncológicos del mundo requieren una radioterapia como tratamiento único o combinada con cirugía y/o quimioterapia pero, por desgracia, no todas las regiones del planeta tienen la infraestructura necesaria para realizar un abordaje basado en RT. Por ello, no nos sorprende conocer que el 70% de las muertes por cáncer de forma anual se producen en países de ingresos medio-bajos.

El mecanismo exacto por el cual las células cancerígenas mueren por los rayos ionizantes sigue bajo investigación, pero se cree que uno de los factores más importantes es la rotura de las 2 hélices de ADN que forman el genoma de la estirpe maligna. Esta rotura compromete severamente la integridad reproductiva de la célula y, por ende, muere sin poder multiplicarse.

El éxito de la radioterapia depende de la sensibilidad del tumor a la radiación y la tolerancia de los tejidos circundantes (NTT). Por otro lado, la “dosis tumoral letal” (TLD) define la dosis de radiación necesaria para que el tumor sufra una regresión completa y permanente. Así pues, la radioterapia se concibe si el índice terapéutico (TI) sale positivo, es decir, si el tejido es capaz de “aguantar” la radiación necesaria para acabar con el cáncer.

  • Índice terapéutico del tratamiento (TI): Tolerancia tejidos (NTT)/ dosis tumoral letal (TLD)

Ahora que ya conoces el mecanismo fisiológico de la radioterapia, podemos presentarte los distintos tipos que se usan para tratar a los pacientes oncológicos. No te lo pierdas.

1. Radioterapia conformada tridimensional (3DCRT)

Este tipo de radioterapia se sirve de la tomografía computarizada (TC) para adaptar el tratamiento a la forma exacta del tumor. El objetivo de la 3DCRT es enviar las radiaciones ionizantes de la forma más precisa posible al tumor, permitiendo así que el resto de los tejidos circundantes sufran un daño mínimo.

Radioterapia tridimensional

2. Radioterapia de intensidad modulada (IMRT)

En este tipo de RT, se utilizan aceleradores lineales para administrar de forma segura dosis concretas de radiación a un tumor. La intensidad del haz de rayos X es controlada por una computadora y producida en volúmenes pequeños, con el fin de dañar lo mínimo posible a los tejidos que están cerca del tumor. Como podrás imaginar, esta variante se utiliza en pacientes con neoplasias cerca de órganos muy sensibles a la radiación.

3. Arcoterapia volumétrica modulada (VMat)

La VMat se introdujo para el tratamiento de algunos tipos de cáncer por primera vez en el año 2007, así que estamos ante una variante que se encuentra en su infancia. En este caso, se utilizan aceleradores lineales de última generación, que son capaces de girar de manera continua alrededor del cuerpo del paciente. Con esta modalidad, se reduce el tiempo de tratamiento, se mejora la precisión y se maximiza el haz de radiación que llega al tumor.

4. Radioterapia guiada por imagen (IGRT)

En este caso, se toman imágenes del cuerpo del paciente con rayos X antes, durante y después de la sesión, con la finalidad de incrementar la precisión y exactitud del tratamiento. De nuevo, esta técnica trata de minimizar el daño que se pueda llegar a producir en tejidos cercanos.

5. Radioterapia estereotáxica (SRS)

En esta modalidad, se utiliza un sistema de coordenadas tridimensionales independientes del paciente para la localización de una lesión. Además, los haces de radiación producidos son conformados, precisos y convergentes, así que se puede atacar al tumor de forma localizada con un perjuicio mínimo en las estructuras colindantes.

Si este procedimiento se realiza en una sola sesión, se conoce como radiocirugía, mientras que en períodos prolongados recibe el nombre de radioterapia estereotáxica (SRS). Además, cabe destacar que se utiliza para dirigir haces de radiación a zonas especiales del cerebro, sin necesidad de anestesia, cirugía per sé o incisiones.

Radioterapia estereotáxica

6. Braquiterapia

Este tipo de radioterapia se basa en la colocación de una fuente radioactiva directamente en dentro o al lado del tumor del paciente. Los elementos radioactivos viajan en unas cápsulas protectoras, que recorren una serie de aplicaciones o, incluso, pueden ser colocadas de forma directa mediante un procedimiento quirúrgico. Es útil en los cánceres de próstata o de índole ginecológica, por ejemplo.

7. Radioterapia superficial (SXRT)

En esta ocasión, se utilizan rayos X con un grado de penetración bajo en los tejidos del paciente. Como las ondas no viajan demasiado, son perfectas para el tratamiento de cánceres de piel, ya que se comprometen de forma mínima durante el procedimiento los órganos y estructuras internas del enfermo.

8. Radioterapia intraoperatoria (IORT)

Como su propio nombre indica, la radioterapia intraoperatoria se produce en una sala de cirugías. En esta ocasión, se aprovecha el momento de la extracción quirúrgica del tumor para aplicar una dosis especial de radiación en la zona afectada, para evitar que surja una recurrencia con el tiempo. Por ello, es muy útil en los pacientes que ya han sufrido recaídas tras tratamientos previos o que, en su defecto, presentan un tumor en estadio avanzado con amplio grado de diseminación.

Radioterapia intraoperatoria

Resumen y consideraciones finales

Para cerrar esta temática, de nuevo recuperamos el valor de índice terapéutico (TI), es decir, la tolerancia de los tejidos colindantes (NTT) dividido por la dosis tumoral letal (TLD). No lo hacemos por gusto, ya que este valor ejemplifica perfectamente que, por desgracia, no todos los tumores se pueden abordar con los tipos de radioterapia aquí citados.

Algunos ejemplos de cánceres con un TI muy alto son los linfomas, seminomas, leucemias y otros tantos ejemplos. Esto quiere decir que el tejido implicado aguanta relativamente bien la radiación, mientras que el tumor es muy sensible a la metodología utilizada. En la otra cara de la moneda, con un TI muy bajo tenemos a los osteosarcomas, melanomas y sarcomas en los tejidos blandos, entre otros.

Por ello, debemos recalcar que este tipo de tratamientos son extremadamente efectivos en algunos casos, pero reportan un pronóstico pobre en otros. Además, algunas veces la radioterapia se debe combinar con cirugía y tratamientos farmacológicos, pues su acción por sí sola no es suficiente para erradicar toda la amenaza del cáncer. Cada paciente es un mundo y, por tanto, cada abordaje debe realizarse de forma individualizada y única.

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