Los 7 tratamientos contra el cáncer (y sus características)

¿Cuáles son las técnicas que nos proporciona la medicina para tratar el cáncer? Hacemos un repaso de las principales terapias oncológicas.

Tratamientos cáncer

El cáncer, nos guste o no, nos toca a todos de manera directa o indirecta. Son muchos los que lo padecen o tienen seres queridos afectados por esta enfermedad. Si nos vamos a las cifras, el número de supervivientes de cáncer en Estados Unidos en el año 2016 ascendía a 15 millones y se prevé que para el 2016 aumente a 20 millones.

Cáncer es un término genérico que se usa para nombrar un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo. Existen diferentes tipos de cáncer pero todos tienen una característica común: se originan cuando un grupo de células de nuestro cuerpo empiezan a comportarse de una forma anómala, multiplicándose más rápido de lo normal.

Por suerte, hoy en día existen una serie de tratamientos para hacer frente a esta enfermedad. Sin embargo, los avances en investigación oncológica serán fundamentales para poder dotar a la sociedad de nuevas propuestas terapéuticas aún más efectivas.

El artículo de hoy pretende hacer una breve explicación de cuáles son los tratamientos que se usan actualmente en la lucha contra el cáncer.

¿Qué terapias oncológicas existen?

El tratamiento contra el cáncer engloba toda una serie de intervenciones que tiene como objetivo curar la enfermedad o bien prolongar de forma considerable la vida del paciente mejorando su calidad de vida. Es por este motivo que los cuidados paliativos y el apoyo psicológico y social también tiene un fuerte rol en la lucha contra el cáncer.

Hay muchas técnicas y fármacos disponibles para curar el cáncer. Algunos son tratamientos locales, como la cirugía o la radioterapia, los cuales son utilizados para tratar aquellos tumores que se desarrollan en áreas específicas del cuerpo. En cambio, los tratamientos farmacológicos como la quimioterapia se consideran tratamientos sistémicos porque tienen efecto en todo el cuerpo.

El tratamiento que un paciente puede llegar a recibir depende de varios factores, cómo el tipo de cáncer que tenga aquella persona y lo avanzado que esté. Cada cáncer requiere el desarrollo de un protocolo específico que puede implicar la utilización de más de una técnica durante el transcurso de la enfermedad.

Veamos pues cuales son los diferentes tratamientos utilizados para combatir el cáncer y cómo funcionan.

1. Cirugía

Se basa en la extirpación del tumor maligno y es uno de los tratamientos más frecuentes. Es una técnica que se recomienda para aquellos tumores sólidos contenidos en una zona limitada del cuerpo, siempre que sea viable y no comprometa el funcionamiento de los órganos vitales. Por este motivo, la cirugía no se puede usar para tratar la leucemia (cáncer de sangre).

Dependiendo del tipo de cáncer y de lo avanzado que esté, la cirugía se usa para extirpar todo el tumor o bien solo una parte. Esta última opción se usa cuando hay peligro de dañar otros órganos. Además, al reducir el tamaño del tumor, se consigue que otros tratamientos aplicados a posteriori sean más efectivos.

Al ser un tratamiento local, las otras zonas del cuerpo que no padecen cáncer están libres de riesgo. Aún así, a veces se deben usar otros tratamientos de forma complementaria. Algunos cánceres pueden extirparse mediante la cirugía mínima invasiva, que no requiere tantos cortes y el tiempo de recuperación se acorta.

Cirugía contra el cáncer

2. Radioterapia

También llamada terapia de radiación, es un tratamiento basado en el uso de radiación para destruir las células cancerosas y reducir tumores. El tratamiento se fundamenta en que las altas dosis de radiación tienen la capacidad de dañar el ADN de las células cancerígenas. Además, estas radiaciones resultan ser más perjudiciales para aquellas que crecen y se dividen de manera incontrolada, cómo es el caso de las células cancerígenas.

Sin embargo, la radioterapia no destruye de inmediato las células malignas. Se necesitan días o semanas de tratamiento para comprometer suficientemente el material genético de estas células. Con el transcurso del tratamiento, las células tumorales se dejarán de dividir incontroladamente y morirán.

Uno de los inconvenientes de este tratamiento, es que no sólo ralentiza o destruye las células cancerosas, sino que también puede afectar a las células sanas de alrededor. Los efectos secundarios dependerán de la zona del cuerpo que se ponga en tratamiento. Suelen manifestarse en forma de cansancio, cambios en la piel y caída del pelo entre otros.

3. Quimioterapia

La quimioterapia es la terapia para el cáncer que se fundamenta en el uso de fármacos para detener o hacer más lento el crecimiento de las células tumorales. Se usa para tratar muchos tipos de cáncer y a veces es el único tratamiento administrado. No obstante, es una terapia que suele usarse en combinación con las otras. Por ejemplo, puede usarse para reducir el tamaño de un tumor antes de la cirugía o la radioterapia. Del mismo modo, también puede aplicarse para destruir las células cancerosas que pueden haber quedado después de una cirugía.

Como sucede con la radioterapia, la quimioterapia no solo destruye a las células cancerosas que crecen con rapidez, si no que también puede afectar a aquellas células del cuerpo que crecen y se renuevan con rapidez. Son ejemplo de ello, las que revisten la boca y los intestinos, así como las que hacen crecer el pelo (folículos pilosos).

Es por este motivo que los efectos secundarios más comunes son la caída del pelo, la aparición de llagas en la boca y las náuseas. Afortunadamente, estos efectos adversos suelen mejorar o desaparecer una vez el paciente termina la terapia.

4. Inmunoterapia

La inmunoterapia es un tratamiento que consiste en potenciar al sistema inmunitario para que este pueda combatir el cáncer, es decir, se pretende que el propio cuerpo se “deshaga” de él.

Es una terapia con una gran proyección de futuro y en las últimas décadas se ha convertido en una parte importante del tratamiento para algunos tipos de cáncer. Sin embargo, la inmunoterapia aún no se usa tanto como las que hemos expuesto hasta ahora. A medida que se realicen más estudios clínicos y se aprueben nuevos tratamientos, se usará de una forma más extendida.

El sistema inmunitario actúa como un “policía” que patrulla por todo nuestro cuerpo vigilando que todas las células sean propias y destruyendo aquellas anormales (como las cancerosas). Sin embargo, las células tumorales tienen una serie de mecanismos para poder escaparse de él. Para superar esto, la inmunoterapia busca ayudar al sistema inmunitario a reconocer las células tumorales y a su vez fortalece su respuesta para que las elimine. Esto se puede conseguir mediante diversas estrategias, como por ejemplo con inmunomoduladores, unas sustancias que ayudan al sistema inmune a trabajar más duro.

En lo que refiere a administración, existen distintas formas, entre estas la intravenosa (a través de una inyección) o la oral a través de tabletas o cápsulas. Los efectos secundarios más frecuentes son reacciones en la piel y síntomas similares a los de la gripe.

Inmunoterapia
Con la inmunoterapia, se potencia la actuación de las células inmunitarias de nuestro propio organismo.

5. Terapia hormonal

La terapia hormonal o endocrina es un tratamiento que se puede usar para combatir el cáncer de mama y el de próstata, pues son unos tipos de cánceres donde las células tumorales utilizan las hormonas (que genera nuestro propio cuerpo) para crecer.

Se fundamenta en bloquear la capacidad del cuerpo para producir hormonas o bien en interferir en la forma en que las hormonas se comportan en el cuerpo. Son “tácticas” que tienen el objetivo de evitar que las células cancerosas dispongan de sustrato de crecimiento. Así, se busca detener la expansión del tumor o, al menos, paliar los síntomas que padece el paciente.

Por lo tanto, los efectos secundarios de este tratamiento están relacionados con la inhibición del sistema endocrino. Estos pueden ser: sofocos, fatiga, cambios del periodo menstrual, sequedad vaginal, pérdida de apetito sexual y debilidad en los huesos.

6. Trasplante de células madre

Los trasplantes de células madre no son un tratamiento para el cáncer per se, sino que son procedimientos que buscan paliar los efectos que pueden causar la quimioterapia y la radioterapia. En determinados cánceres, las dosis de quimioterapia o radioterapia pueden ser muy elevadas. Y esto puede causar una gran destrucción de las células que componen la sangre, entre ellas las células madre, que son las encargadas de producir nuevas células sanguíneas.

Con este tratamiento, el paciente recupera la capacidad de producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, elementos indispensables para un correcto funcionamiento del cuerpo.

Actualmente este tratamiento se está usando para ayudar a aquellos pacientes que sufren leucemia y linfoma. Además, en estos tipos de cáncer se ha visto que es una terapia que puede actuar directamente contra el cáncer pero aún se precisa de más estudios. También pueden usarse para paliar los efectos del neuroblastoma y del mieloma múltiple.

Es un tratamiento no invasivo que se administra por vía intravenosa. Existe la posibilidad de que el cuerpo rechace el tejido donado, motivo por el cual siempre se procura que las células recibidas sean lo más compatibles posible con las del paciente.

7. Terapia dirigida

La terapia dirigida es un tipo de tratamiento que busca atacar las células tumorales de una manera muy directa y específica. Actúa a nivel molecular y busca atacar los procesos que promueven el crecimiento, la división y diseminación de las células tumorales.

Para que esto sea posible, la investigación en cáncer es crucial ya que solo así se podrán reunir los conocimientos para entender mejor cómo funcionan las células tumorales y en consecuencia crear nuevas terapias.

El tratamiento consiste en utilizar fármacos micromoleculares, los cuales entran dentro de las células malignas y las inhiben. También se puede hacer con anticuerpos: estos se adhieren a la superficie de las células tumorales y las “apagan”, evitando su división y propagación.

Desafortunadamente, es un tratamiento que solo se puede aplicar para aquellos tipos de cánceres que se conozcan muy bien. Para que el tratamiento sea efectivo, se necesita de la existencia de un blanco donde el medicamento pueda actuar (por ejemplo, se necesita que la célula tenga una vía biosintética x). Por este motivo, se requiere antes hacer una biopsia, procedimiento donde se extrae una parte del tumor y se analiza, para poder determinar que fármaco podría ser más efectivo.

Referencias bibliográficas

  • National Cancer Institute. (2019). “Types of Cancer Treatment”. NIH
  • National Cancer Institute. (2019). “Cancer Statistics”. NIH
  • Organización Mundial de la Salud. (2019). “Cáncer - Datos y cifras”. OMS
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