Cómo superar el fallecimiento de un ser querido

Te ofrecemos las claves para superar el fallecimiento de una persona cercana, transitando las distintas fases del duelo.

Superar fallecimiento de un ser querido

Todos hemos pasado o pasaremos a lo largo de nuestra vida por la situación de tener que superar el fallecimiento de un ser querido, pero lo cierto es que nadie atraviesa el duelo psicológico del mismo modo.

Y es que, dependiendo de nuestro carácter, forma de ser o bagaje cultural y religioso, este proceso será más o menos difícil de sobrellevar, y también lo será en función de nuestra preparación y conocimientos sobre el tema.

Así pues, en este artículo encontrarás una serie de herramientas y conocimientos prácticos para que puedas encarar el fallecimiento de un ser querido de la mejor forma posible, así como un resumen de las 5 fases del duelo que establecen los profesionales de la psicología.

Claves psicológicas para superar el duelo por fallecimiento de un ser querido

En las siguientes líneas podrás leer varios consejos útiles a la hora de ir superando el fallecimiento de un ser querido, transitando por las distintas fases del duelo con la mayor entereza y consciencia posibles.

Eso sí, debes tener presente que el proceso de afrontar la muerte de un ser querido cambiará en función de las características personales y contextuales involucradas en cada caso, ya que algunas personas tardan más en pasar por todas las fases y a otras les lleva menos tiempo; además, el duelo también será diferente en el caso de si el fallecido es un familiar cercano o con quien se tenía más relación, como un padre o una hermana, o de si es alguien con el que tuvimos menos relación.

1. Hablar de lo sucedido

Hablar de vez en cuando con amigos y familiares acerca del fallecimiento de la persona querida nos ayudará a superar el mal momento por el que estamos pasando, dado que nos facilita ordenar nuestras ideas al respecto.

Compartiendo nuestro dolor con otras personas y recibiendo su apoyo y comprensión mientras verbalizamos nuestro pesar, el proceso de superación durará menos que si nos quedamos todo lo que pensamos y sentimos sobre el suceso para nosotros mismos.

De igual manera, el hecho de hablar con otras personas sobre el fallecimiento de nuestro familiar o amigo, nos servirá para superar la primera etapa del duelo, la Negación, aquella en la que la persona niega para sí misma que la muerte haya sucedido, por ser un hecho demasiado doloroso de asimilar.

2. Hacer un ejercicio de conexión empática con el pasado

Como hemos visto, la primera etapa del duelo suele ser la negación, pero además de esta se sucederán 4 psicológicas más que normalmente atravesamos tras la muerte de un ser querido. Es importante aceptar todas las fases por las que pasamos como algo normal, así como nuestros sentimientos en cada una de ellas.

Además de eso, debemos entender que no todos pasamos por los mismos procesos ni nos duran lo mismo, por lo que no deberemos presionar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, para intentar acelerar el proceso del duelo.

La segunda etapa del duelo es la de la Ira, en la cual la persona experimenta sentimientos de rabia o frustración por lo sucedido, además de buscar culpables; para evitar que esta genere problemas que agraven el dolor que sentimos, lo mejor es centrarnos en la siguiente cuestión: ¿es justo valorar la moralidad del comportamiento de alguien desde la perspectiva de quien vive en una realidad muy diferente?

La muerte de un ser querido implica un cambio radical, prácticamente de la noche a la mañana, en el mundo que percibimos; nuestras prioridades y valores suelen reorganizarse, debido a la carga emocional de ese momento tan intenso. Por ello, es muy común ser muy crueles con los demás y con nosotros mismos, dado que en muchos aspectos, somos otras personas.

Por eso, hay que ser conscientes de que mientras dure el duelo, nuestra manera de ver las cosas será otra; y no porque esa nueva perspectiva sea mejor o peor, sino simplemente por el modo en el que nos está afectando el torrente de emociones que estamos sintiendo. No es adecuado juzgar lo que pasó antes de la muerte de ese ser querido asumiendo que es ahora, poco después de su fallecimiento, cuando estamos totalmente en lo cierto. Simplemente, estamos en un contexto muy diferente.

Mirar al futuro

3. Estar cerca de nuestros seres queridos

Tras la fase de la ira suele llegar la de la negociación, en la que fantaseamos con la posibilidad de poder revertir ese fallecimiento o pensamos en escenarios alternativos en los que la persona no ha muerto.

En definitiva, empezamos a manipular aquello que sabemos acerca el mundo para que se adapte a nuestros deseos de reencuentro, buscando puntos de negociación entre lo que queremos y lo que es posible: pensamos que quizás se desarrolle una tecnología capaz de resucitar seres humanos, o que ayude a generar una versión digital de esta, etc.

Esta fase ofrece un alivio momentáneo, y es por ello que no suele generar problemas destacables en comparación a los anteriores. Sin embargo, es importante no aislarse a causa de esta tendencia a abstraerse. También deberemos prestar atención especial a familiares mayores que puedan necesitar una ayuda especial tras la muerte de alguien cercano.

El apoyo mutuo posibilitará que entre todos superemos mucho mejor ese mal trago, dándonos fuerza mutuamente y compartiendo nuestras emociones y sentimientos en todo momento.

4. Cuidarse a uno mismo

La siguiente es la fase de Depresión, donde la persona encara la realidad y sufre un período de tristeza o angustia experimentadas de forma “aguda”.

Ante esto, otra de las claves que es recomendable aplicar tras la muerte de un ser querido, además de cuidar a nuestro entorno afectado, es también cuidarnos a nosotros mismos, tanto física como psicológicamente.

Seguir manteniendo unos hábitos básicos de salud y bienestar tras la conmoción de los primeros días será esencial para llegar poco a poco a un estado de normalidad. Entre estos hábitos podemos destacar los de dormir las horas que necesitemos, comer 3 o 4 veces al día e intentar hacer ejercicio moderado.

5. Recordar a la persona

Por último, llega la fase de Aceptación, donde se acepta el fallecimiento y poco a poco se supera el dolor.

Aunque al principio tengamos tendencia a negar el fallecimiento de la persona y no querer pensar en lo sucedido, lo recomendable es recordar al ser querido que nos ha dejado, dedicarle pensamientos de manera habitual. De este modo resignificamos estos recuerdos y los integramos en nuestra memoria de forma armónica con nuestra manera de ser, de sentir y de pensar.

6. Acudir al psicólogo

Tomás Santa Cecilia

En ocasiones, los procesos de duelo psicológico se complican y es recomendable acudir a profesionales de la psicología. Un proceso de duelo anormal o excesivamente largo, también es un motivo por el que acudir a un psicólogo, incluso cuando ya ha pasado un tiempo desde que se produjo esa defunción. Nunca es tarde para iniciar un proceso de recuperación emocional.

¿Te interesa contar con apoyo psicológico?

Si estás pasando por un proceso de duelo complicado y notas que no consigues superar la muerte de un ser querido, te propongo que te pongas en contacto conmigo. Soy psicólogo especialista en el modelo de intervención cognitivo-conductual y dispongo de muchos años de experiencia ayudando a personas con esta clase de problemas emocionales.

Puedes contar con mis servicios de intervención psicológica en mi consulta en Madrid o bien mediante las sesiones online por videollamada.

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