Las 6 fases de la Terapia Psicológica: ¿qué ocurre en cada una?

Conocer el proceso y las sucesivas etapas de tratamiento de las distintas afecciones y situaciones que afectan a nuestra salud mental es crucial para comprender cómo funciona la terapia psicológica.

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Para eliminar el estrés, la ansiedad o el dolor de una situación, la terapia psicológica busca determinar la causa y analiza el origen del malestar. A partir de ahí, los profesionales proponen a sus pacientes distintas estrategias y herramientas para tratar de remediar el problema. El tratamiento incluye un proceso terapéutico que se divide en una serie de fases que se suceden.

Sin embargo, las necesidades y los deseos de los pacientes suelen cambiar en el transcurso del tratamiento. La psicoterapia basa su proceso en una cualidad crucial: la capacidad de cambio en función de la evolución del paciente. Por lo que estas fases pueden variar de un paciente a otro. En este artículo analizamos las distintas fases de la terapia psicológica y sus características más importantes, dejando claros los objetivos de cada una de estas etapas.

¿En qué consiste el proceso terapéutico?

En el transcurso de un proceso terapéutico se utilizan distintos métodos y técnicas profesionales del campo de la psicología para ayudar a los pacientes a mejorar su estado mental. El objetivo principal de la terapia psicológica -también llamada psicoterapia- es mejorar la calidad de vida general de los pacientes que trata.

Los pacientes reciben ayuda terapéutica a través de sesiones dirigidas por un terapeuta. Las sesiones de terapia psicológica implican fusionar estrategias y métodos para mejorar la vida del paciente. El beneficio de esto es que los pacientes pueden ver inmediatamente resultados positivos de estas sesiones. A través de este proceso, las personas podemos tomar conciencia de lo que pensamos, sentimos y hacemos.

Al interactuar con el paciente, el terapeuta lo alienta a conocer su situación y a sí mismo. Esto puede incluir comprender su forma de lidiar con los problemas, de interactuar con otras personas y establecer relaciones, de reaccionar a las circunstancias o el impacto que tienen las personas más cercanas en su psicología. Para ayudar a los pacientes a controlar sus emociones y comportamientos, los psicólogos suelen utilizar técnicas de modificación del comportamiento. La terapia psicológica no solo mejora la vida emocional, mental y afectiva de los pacientes, sino que también puedo apoyarlos en otros aspectos de sus vidas, como:

  • Cambiar los hábitos de comportamiento modificándolos.
  • Cambiar los pensamientos y creencias.
  • Mejorar la autoestima aumentando la confianza de las personas.
  • Encontrar nuevas perspectivas o explicaciones a las situaciones
  • Conseguir objetivos

La situación del paciente, las herramientas personales y las habilidades de adaptación tienen un gran impacto en la duración de su terapia. Por lo tanto, no existe un tiempo establecido para el proceso; puede durar meses y en algunos casos años. Sin embargo, es importante que el paciente comprenda que su salud y progreso determinará la duración de la intervención. No hay una meta temporal; en cambio, el enfoque está en la mejora continua y el bienestar que se obtiene del proceso terapéutico.

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¿Cuáles son las etapas de la psicoterapia?

Vivir la vida implica enfrentarse a toda una serie de desafíos importantes. Las personas que necesitan asesoramiento psicológico reciben ayuda para mejorar su situación vital actual, no experimentan necesariamente un problema diagnosticable de salud mental. Con el fin de proporcionar claridad sobre la naturaleza de la terapia psicológica, proporcionamos un breve resumen de sus distintas fases. Cada fase de la terapia psicológica está estructurada e implica una serie de objetivos precisos.

No obstante, tal y como sabemos, existen muchos modelos distintos de terapia psicológica. Y cada forma de abordaje terapéutico tiene diferencias y propósitos específicos. Por esta razón, es importante tener en cuenta que existen variaciones entre las distintas fases propuestas por cada modelo. Usaremos como referencia: sesiones individuales dirigidas por psicólogos en su oficina o mediante videollamada. Actualmente, las fases del tratamiento psicológico que se describen son las mismas para tratar los diferentes problemas del paciente o patologías. Sin embargo, las herramientas pueden cambiar cuando se tratan síntomas o trastornos específicos.

1. Fase de evaluación

Durante la primera etapa de la terapia psicológica, el paciente y el psicólogo colaboran para comprender el problema del paciente y sus circunstancias actuales. Es fundamental obtener el diagnóstico correcto en esta etapa porque toda la intervención se basará en lo que se descubra. Esta etapa suele durar entre dos y cuatro sesiones; sin embargo, en casos excepcionales puede alargarse.

A veces, la causa del malestar de un paciente o sus síntomas no es obvia, diagnosticar un problema requiere más que una mirada superficial. Por ejemplo, un terapeuta frente a una pregunta fácil puede descubrir un problema mucho más complejo. Por el contrario, una pregunta aparentemente difícil podría revelar un problema básico. En cualquier caso, el terapeuta tiene que investigar y desgranar la situación del paciente hasta determinar las causas subyacentes que generan el malestar.

No existe un método singular de evaluación que se considere superior a los demás, cada caso específico debe tener en cuenta al paciente y sus preferencias personales. Estas pueden exigir un enfoque diferente: el paciente y el psicólogo pueden optar por utilizar diferentes métodos o herramientas de entrevista durante esta primera fase. Estos pueden incluir encuestas autocompletadas, cuestionarios, pruebas y distintas entrevistas.

2. Fase de búsqueda

Antes de implementar un plan de tratamiento, y después de realizar la recopilación y el análisis de datos, se inicia la fase de búsqueda de hipótesis. En esta etapa se determina cómo se realizará la futura intervención; esto generalmente se hace creando un programa para el tratamiento. Antes de comenzar, se informa al paciente sobre el diagnóstico del psicólogo y las razones de su problema. Luego, el psicólogo puede comenzar a abordar los distintos problemas que se identificaron en la evaluación previa.

Los pacientes deben estar dispuestos y motivados para recibir el tratamiento sugerido. Por ello, es necesario, además de explicar el diagnóstico detalladamente, consensuar los objetivos de la intervención y las tareas a realizar. El paciente debe participar activamente en su tratamiento; los psicólogos no pueden hacer todo el trabajo por ellos. La terapia sólo puede tener éxito si el paciente está involucrado y se muestra con ganas de progresar.

3. Fase de puesta en común

La reacción del paciente a los hallazgos del psicólogo es esencial porque puede conducir a la puesta en evidencia de nueva información importante. Algunos profesionales incluyen esta fase en la de búsqueda, otros dada su importancia prefieren tratarla como una fase separada del proceso terapéutico. La fase de puesta en común, como ya hemos señalado, puede ayudar a evitar la pérdida de datos clave que podrían causar errores en la terapia.

Además, también considera la actitud del paciente hacia una hipótesis propuesta y sus implicaciones. Por último, también permite determinar si el problema de un paciente está más allá del conjunto de habilidades o experiencia del terapeuta, en este caso se propone derivar al paciente a otro profesional de la salud mental.

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4. Fase de intervención

La fase de intervención es la fase centrada en el paciente. Durante esta etapa, los pacientes trabajan directamente en sus problemas. Los psicólogos les enseñan técnicas, herramientas y estrategias para abordar los distintos desafíos que están experimentando. Los pacientes son supervisados y seguidos durante todo este proceso, ya que el éxito del proceso depende de que consigan poner en marcha los cambios propuestos.

Al paciente se le pueden, además de estrategias, asignar tareas específicas en este punto de la intervención, que implican desarrollar ciertas habilidades. Por ejemplo, a un paciente con habilidades sociales deficientes, se le puede pedir que haga una declaración pública. Durante esta etapa, el trabajo del psicólogo es similar al de un entrenador o guía; el paciente es considerado el principal protagonista de su obra. Tal y como hemos visto, el trabajo del psicólogo consiste en acompañar y asesorar: proponer tareas y herramientas para que el paciente las utilice, y verificar que su paciente está progresando adecuadamente.

5. Fase de seguimiento

La penúltima etapa del tratamiento está destinada a solidificar las mejoras y cambios del paciente. Durante las etapas anteriores, ya han aprendido las herramientas y estrategias necesarias para abordar sus problemas. Ahora, el foco se pone en consolidar los cambios y mejorar progresivamente su condición, hasta que sean capaces de enfrentarse a las situaciones solos, sin supervisión.

Al final del tratamiento, tanto el paciente como el psicólogo notan signos de que se está consiguiendo el objetivo planteado inicialmente. En este punto comienza la etapa de seguimiento, donde se anima a los pacientes a visitar al profesional con menor frecuencia. Los pacientes pasan lentamente de sesiones semanales a sesiones quincenales, mensuales o incluso trimestrales. El propósito de este proceso gradual es permitir que los pacientes vivan sus vidas por sí mismos.

Además, uno de los objetivos de un terapeuta es evitar que los pacientes experimenten una recaída. También se les guía para reconstruir los cambios que hicieron aplicando las estrategias aprendidas que adquirieron durante el tratamiento en su vida cotidiana. Una vez que el paciente es capaz de afrontar la causa del problema y consigue los objetivos planteados inicialmente, no se necesitan sesiones adicionales. La terapia termina en ese punto y no se requiere más asistencia terapéutica, si no surgen otros desafíos distintos.

6. Fase de cierre

Algunos profesionales incluyen en su proceso una fase concreta de cierre, aunque otros ya consideran que forma parte de la misma fase de seguimiento. Esta fase se centra en demostrar que el paciente puede continuar cómodamente con sus nuevos hábitos y rutinas sin que suponga ningún problema. Esto generalmente implica hacerles ver que han aprendido nuevos comportamientos y formas de aprender que pueden asimilar fácilmente.

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