El herpes genital representa un problema para muchas personas. Si bien el herpes labial es el más conocido y extendido, el herpes genital también es sufrido por muchas personas. Es causado por un virus de lo más inoportuno y provoca serias molestias a quienes lo sufren.
En este artículo expone todo lo que hay que saber sobre el herpes genital, siendo de especial interés conocer causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento. Además se van a despejar dudas acerca de este problema de salud, el cual es contagioso.
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¿Qué es herpes genital? ¿Es diferente que el labial?
Existen diferentes tipos de herpes, si bien el genital y el labial están emparentados. Hay bastante confusión respecto a este tema, y es que los dos son formas de un herpes llamado herpes simple.
Concretamente, el herpes labial se llama herpes simple tipo 1 (HSV-1 de las siglas en inglés), mientras que el genital se llama herpes simple tipo 2 (HSV-2). Existen otros herpes, como el herpes zoster, el cual aparece en la espalda.
El herpes labial y el genital, por lo tanto, no solamente son de la misma familia, sino que comparten prácticamente todo su material genético. Esto hace que la infección genital pueda resultar en labial por contagio y al revés, si bien no es lo más común.
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Causas
El herpes genital siempre tiene como causa primera de aparición el contagio. Esta se produce cuando hay relaciones íntimas entre mucosas genitales, siendo las mujeres mucho más sensibles a la infección.
Si se está inmunodeprimido también es más fácil que pueda producirse el contagio. Así, cuando este virus entra en el organismo por primera vez, no produce sintomatología hasta pasados 15 días.
Desde este momento, la persona y el virus ya son inseparables. No porque el virus esté activo causando siempre infección, sino porque este siempre permanece adherido en ganglios nerviosos de forma latente.
Si el virus está activo hay una gran probabilidad de infección si las heridas entran en contacto con otras personas. Por esta razón hay que evitar cualquier posibilidad de contagio. Eso sí, cuando la persona no sufre una activación del virus el contagio no puede producirse.
Por último hay que tener en cuenta que en el parto también se puede transmitir el virus al bebé. En estos casos hay que avisar al ginecólogo y estudiar el caso para no infectar al neonato.
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Síntomas
Los síntomas de un herpes genital son muy claros. En primera instancia se siente un ardor en la zona genital que acaba dando lugar a unas ampollas, las cuales van desarrollándose hasta que se rompen.
En este momento es cuando se sufre más dolor, y es que las heridas generadas dejan la zona muy sensible. Además van apareciendo costras amarillentas que se va secando al cabo de los días.
El dolor es mucho más agudo cuando se sufre la sintomatología por primera vez. El área queda inflamada y enrojecida, y la persona puede padecer síntomas que van mucho más allá de la zona afectada
Diagnóstico
Los profesionales médicos pueden diagnosticar el herpes genital sólo con la exploración física. Las heridas de la zona afectada son muy particulares, siendo difícil que se pueda confundir con cualquier otro tipo de enfermedad de la zona genital.
De todos modos también hay otra forma de confirmar el diagnóstico, y es mediante los resultados de algunos análisis de laboratorio. Las posibilidades son tres: el cultivo viral, la prueba en cadena de la polimerasa y el análisis de sangre.
En los tres casos se necesita tomar unas muestras, que son de tejido de la zona afectada (con un raspado es suficiente) o bien de sangre. En este último caso no se detecta directamente el material genético del virus, sino los anticuerpos generados por el propio cuerpo.
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Tratamiento
Existen diferentes productos antivirales que ayudan a mitigar los síntomas del herpes genital. Los productos más populares son pomadas que ayudan a que el virus se exprese de manera menos virulenta, pero existen también pastillas orales que son más efectivas si cabe.
De todas maneras hay que tener en cuenta que cuando el virus está en fase activa, este debe terminar su ciclo. Además, no hay forma de poder prevenir las reapariciones futuras. Lo único que se puede hacer es intentar no estar inmunodeprimido.
Existen algunos remedios naturales que también pueden aliviar los síntomas, pero no es posible evitar su aparición. Algunos de ellos son los baños calientes con sales de Epsom, y hace unos años se usaba bastante el alcohol para secar las heridas, pero provoca bastante dolor.
Cómo prevenir el contagio
La única forma eficaz para prevenir el contagio por herpes genital es evitar tener relaciones íntimas. Se debe esperar a que el ciclo del virus en fase activa termine, pues si no la otra persona podría infectarse.
Hay quien piensa que usar un preservativo podría ser la solución, pero las heridas pueden desprender líquido contagioso que puede infectar en cualquier momento.
Otra razón para contraindicar las relaciones íntimas es que las heridas causan mucho dolor, por lo que la presión sobre ellas puede ser de lo más molesto.
En conclusión, hay que entender que la prevención es la única opción que tiene sentido en estos casos. Precipitarse y tener relaciones sexuales puede contagiar a una persona, mientras que quien ya padece el virus puede sufrir dolores muy molestos.
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Referencias bibliográficas
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