Los 15 tipos de vacunas (y sus características)

La vacunación es esencial para la protección tanto directa como indirecta de la población general. Es un hecho que las vacunas salvan vidas.

Tipos vacunas

Con más de 7.600 millones de habitantes humanos, la Tierra es el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de agentes patógenos productores de enfermedades infecciosas. No es de extrañar, por tanto, que estudios estimen que el 95 % de la población mundial tenga algún tipo de enfermedad en cualquier momento dado.

El ritmo reproductivo básico (r0) es un parámetro que hace referencia al número de casos nuevos que produce un enfermo a lo largo de su infección, es decir, el promedio de contagios que generará. Para hacernos una idea de este parámetro, el r0 de la gripe suele fluctuar entre 1,5 - 3 y el del sarampión presenta un valor de 18. Sí, esto significa que, sin las medidas pertinentes, un infectado de sarampión puede contagiar de media a 18 personas hasta que se cure.

Por esta razón son tan importantes las vacunas: un individuo inmune presenta un r0 teórico de 0, pues no puede llegar a infectarse en ningún momento y, por lo tanto, no transmitirá la enfermedad. ¿Has pensado alguna vez cuántas vidas has salvado de forma indirecta con el sencillo acto de vacunarte? Para ganar conocimiento y conciencia de causa, hoy te presentamos los 15 tipos de vacunas y sus características.

¿Qué es una vacuna?

Una vacuna se define como una preparación destinada a generar inmunidad adquirida en el individuo contra una enfermedad mediante la estimulación de la producción de anticuerpos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), absolutamente cualquier vacuna puesta a disposición al público es completamente segura debido a los estrictos protocolos de ensayo previos a la comercialización, razón por la cual el escepticismo sale por la puerta de atrás en cuanto introducimos este tema.

En general, se distinguen cuatro grandes bloques de vacunas. Estos son los siguientes:

  • Vacunas vivas atenuadas: utilizan una forma debilitada del virus que provoca la enfermedad. Hay respuesta del sistema inmune, pero no infección.
  • Vacunas inactivadas: utilizan la versión muerta del germen en cuestión. No suelen proporcionar una inmunidad tan fuerte como las vivas, pero a veces son la única opción.
  • Vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas: utilizan partes específicas del germen.
  • Vacunas con toxoides: utilizan como inyectable una de las toxinas producidas por el germen y no el germen en sí (vivo o muerto).

¿Cuáles son los tipos de vacunas?

Si bien el número de vacunas aumenta a medida que el ser humano avanza cultural y médicamente, existen 15 que se han establecido en la población de forma general. Te las presentamos a continuación.

1. Vacuna contra la varicela

La varicela es una enfermedad infecciosa vírica extremadamente frecuente en ambientes escolares y, por ello, hasta el año 2000 se asumía que prácticamente todo habitante de la Tierra la iba a pasar en algún momento de su vida. Así pues, se calcula que en Reino Unido el 80 % de las personas ya han sido infectadas antes de los 10 años de edad.

A partir del año 2000 se ha puesto a disposición del público una vacuna contra la varicela, cuya primera dosis se administra en los niños entre los 12 y 15 meses de edad. Se requiere de una “vacuna recordatorio”, la cual se administra a los 4-6 años. Los adultos inmunizados también pueden vacunarse en cualquier momento de su vida y, según portales médicos como la Asociación de Pediatría Española (AEPED), se recomienda la aplicación de esta vacuna de forma universal.

Varicela

2. Vacuna DTaP

Esta vacuna tiene usos simultáneos, pues protege al paciente frente a tres enfermedades bacterianas: la difteria (D), el tétanos (T) y la tos ferina (aP), todas ellas patologías graves. La DTaP es únicamente aplicable a niños menores de 7 años, si bien existen otras opciones distintas de vacunación para adolescentes y adultos. En general, se recomienda que su administración sea universal y que se realicen 5 eventos de vacunación durante la vida del infante para que este adquiera la inmunidad total.

3. Vacuna contra la hepatitis A

La hepatitis A es una infección hepática grave contagiosa causada por un virus que en ocasiones poco frecuentes puede causar insuficiencia hepática y la muerte en el paciente (más común en personas mayores de 50 años). Esta vacuna cae dentro del grupo de las inactivadas y se recomiendan dos dosis de administración, la primera entre los 12 - 23 meses de edad y la segunda 6 meses después.

4. Vacuna contra la hepatitis B

Misma premisa que el caso anterior, pero en esta ocasión estamos ante una vacuna de subunidades. La vacuna contra la hepatitis B previene la enfermedad infecciosa que le da nombre.

5. Vacuna Hib

La vacuna Hib previene la infección de Haemophilus influenzae tipo b, una bacteria que causa múltiples cuadros clínicos (especialmente neumonía). Gracias a esta vacuna, los casos graves de enfermedad por Hib han disminuido más de un 99% desde el año 1991. De nuevo, esta vacuna cae en la categoría de las de subunidades y se administra en 3 o 4 dosis. Cabe destacar que los niños mayores de 5 años y adultos no suelen recibirla, si bien se puede contemplar su aplicación cuando el paciente presenta ciertas enfermedades.

6. Vacuna contra el VPH

El virus del papiloma humano (VPH) engloba a más de 100 tipos víricos y 14 de ellos son realmente preocupantes, pues tienen potencial oncogénico (para producir cáncer). Los VPHs 16 y 18 están asociados al 70 % de los casos de cáncer de cuello uterino en mujeres y se relacionan con el contagio durante la actividad sexual. La vacuna contra el VPH precisamente inmuniza frente a estos subtipos.

En general, esta vacuna se administra de 2-3 dosis y es recomendable en personas de entre 9 y 27 años de edad, momentos en los que se contempla el inicio de actividades sexuales y se disparan las probabilidades de infección.

7. Vacuna antigripal

¿Qué decir de esta vacuna que no se conozca ya? Hay muchos virus de la gripe y estos cambian constantemente. Por ello, cada año se fabrica una nueva vacuna para proteger al paciente frente a 3 o 4 virus que probablemente causen la gripe en la próxima temporada (otoño-invierno). Por ello, la protección es anual y no vitalicia, como es el caso de otras muchas ya nombradas.

En adultos con una sola aplicación basta, y se recomienda en aquellas personas con ciertas afecciones de salud, ancianos y niños pequeños. Aun así, todo el mundo puede vacunarse si lo desea (excepto contados casos).

Gripe

8. Vacuna antimeningocócica

La vacuna meningocócica ACWY puede ayudar a prevenir la enfermedad meningocócica causada por los serogrupos A, C, W e Y. Estamos ante una patología realmente severa que causa meningitis e infecciones sanguíneas pues, incluso con tratamiento, el 15 % de los pacientes mueren. Cualquier persona puede ser víctima de este cuadro clínico, pero se recomienda la vacuna especialmente a jóvenes y niños. Se necesitan dos dosis para adquirir la inmunidad.

9. Vacuna triple viral

La vacuna triple viral es polivalente, pues protege ante el sarampión, las paperas y la rubéola. Más del 95% de los niños que la reciben están inmunizados ante estas 3 enfermedades para el resto de sus vidas, razón por la cual se recomienda en todos los casos en los que el infante no presenta reacciones alérgicas a ella o está recibiendo quimioterapia. Se administra en dos dosis, una entre los 12 y 15 meses y otra entre los 4 y 6 años.

10. Vacuna antineumocócica (conjugada y de polisacáridos)

La enfermedad neumocócica se refiere a cualquier patología causada por bacterias de tipo neumococo. Estas pueden generar neumonía, infecciones de oído, infecciones sinusales y, en los peores casos, meningitis y bacteriemia. Si bien estamos ante dos tipos vacunales distintos, los englobamos en una sola categoría porque su fin es el mismo. Se recomienda su administración a toda persona de 65 años o mayor o a cualquier mayor de 2 años con ciertas condiciones médicas que debiliten su sistema inmune.

11. Vacuna contra la polio

La vacuna contra la poliomielitis es un ejemplo de éxito que debería convencer a todos los escépticos de que, efectivamente, las vacunas son útiles. Los casos de enfermedad causados por el poliovirus salvaje han disminuido desde los 350.000 estimados en 1988 hasta los 33 notificados en el 2018, es decir, más del 99 %. Gracias a esta intervención global, se ha conseguido acabar con la poliomielitis de forma total y absoluta en muchas regiones. Esta vacuna se administra en 4 dosis y se contempla en todos los casos durante la infancia. La protección es vitalicia.

12. Vacuna contra el rotavirus

El rotavirus causa diarrea, siendo el principal patógeno causante de enfermedades diarreicas. Es especialmente grave en bebés y niños pequeños, pues la deshidratación puede acarrear complicaciones. Se suele administrar en 2 dosis en los infantes.

13. Vacuna contra la culebrilla

Esta vacuna previene la infección por herpes zoster, también conocido como culebrilla por la población general. Alrededor del 10% - 18% de las personas que sufren este desagradable sarpullido pueden desarrollar neuralgia postherpética, es decir, un dolor debilitante de origen nervioso que puede ser muy detrimental para el paciente. Por ello, la vacunación ante esta enfermedad es recomendable, sobre todo en adultos mayores de 65 años. Se aplica en una sola dosis.

14. Vacuna antitetánica

La antitetánica es una vacuna inactivada (no es una vacuna viva) y contiene la toxina (inactivada, claro) que fabrica la bacteria causante del tétanos, la cual suele encontrarse presente en materiales oxidados, que ingresa en el cuerpo del paciente mediante heridas. Se recomienda su aplicación a todos los niños.

Tétano

15. Vacuna contra la rabia

La vacuna contra la rabia se aplica a las personas que tienen altas probabilidades de infectarse con el virus de la rabia, un agente patógeno que genera un cuadro clínico muy grave en el paciente. Solamente se han diagnosticado 55 casos en humanos desde 1990 en Estados Unidos, pero en personas que manejen mamíferos salvajes de forma asidua es mejor prevenir que curar. Su aplicación consiste en 3 dosis y solo se contempla en casos específicos.

Resumen

Como habrás podido ver, el mundo de las vacunas es extenso y casi inabarcable. El ser humano avanza en el ámbito de la medicina, hecho que nos permite cada vez más dejar atrás algunas patologías que antes eran consideradas graves.

Vacunarse no es solo una opción, sino una obligación moral como ciudadano si estás sano y es posible. Si estás vacunado ante cualquier enfermedad infecciosa, proteges de forma indirecta a todas las personas que no pueden inmunizarse por motivos de salud.

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