Trauma acústico: qué es, causas y síntomas frecuentes

¿Alguna vez has escuchado un pitido después de un gran concierto? Te explicamos la causa.

Trauma acústico

El oído es un órgano sensorial muy delicado. La pérdida de audición parcial, también llamada hipoacusia, es habitual especialmente en personas de avanzada edad, pero existen factores que pueden acelerarla dramáticamente.

En este artículo os hablaremos de uno de estos factores: el trauma acústico.

Estructura del oído

Antes de empezar a explicar el trauma acústico, pongamos en contexto la problemática. En el oído interno, particularmente en el llamado órgano de Corti, existen células especializadas de nuestro sistema sensorial.

Estas células especializadas, presentan cilios, o pequeñas elongaciones de su membrana celular, que les permiten detectar variaciones en la presión del ambiente (fruto de las vibraciones transmitidas en el aire) y transformar esta información en impulsos nerviosos que nuestro cerebro traduce en el sonido que escuchamos.

Estas células ciliadas del órgano de Corti no se regeneran, de modo que al ir perdiéndolas no recuperaremos capacidad auditiva con el tiempo. La falta de capacidad regenerativa de esta parte del oído es la culpable de que nuestra audición empeore con la edad y actualmente hay investigaciones buscando formas de regenerar estas células para evitar la pérdida de audición.

Este proceso se denomina mecanotransducción.

Trauma acústico: ¿qué es y qué tipos hay?

Cuando nos vemos expuestos a vibraciones o sonidos muy fuertes, como explosiones, disparos o inclusive música, esto puede provocar daños a nuestro aparato auditivo, que variarán según el tipo e intensidad del estímulo. Podemos diferenciar cuatro tipos de trauma acústico.

1. Barotraumatismos

Causados por cambios de presión fuertes y súbitos, que afectan principalmente al tímpano (membrana que protege el resto del oído). Los podemos experimentar al viajar en avión o al bucear.

Estos barotraumatismos pueden provocar síntomas como la perforación del tímpano, pérdida moderada de la audición, dolor de oídos y acúfenos (conocidos también como tinnitus, un sonido agudo y persistente). Este tipo de trauma acústico suele resolverse por sí mismo con el tiempo, pero en casos graves puede provocar daños permanentes a nuestra estructura auditiva.

2. Traumatismos por onda de choque

Estos traumatismos provocan lesiones en el oído medio e interno y ocurren por la exposición cercana a explosiones o disparos, donde la fuerza de expansión de la onda de choque viaja más rápido que la velocidad del sonido. Los más afectados por este tipo de traumatismo son militares y personas en zonas de guerra.

En este tipo de traumatismo observaremos también pérdida de audición, dolor de oídos, acúfenos, vértigo y sangrado auricular, si se ha perforado el tímpano (cosa que ocurre cuando nos exponemos a sonidos mayores a 180 decibelios). En caso de que el tímpano perforado no se regenere por sí mismo, será necesaria una timpanoplastia, cirugía para restaurar el tímpano.

3. Traumatismos sonoros agudos

Estos traumatismos se producen cuando estamos expuestos a sonidos altos, por ejemplo aquellos superiores a 130 decibelios, durante un periodo de tiempo mayor a 30 minutos. Los síntomas son de dolor de oído, pérdida de audición, y en algunos casos, hiperacusia dolorosa.

La hiperacusia dolorosa se manifiesta haciendo que los sonidos habituales de nuestro día a día nos parezcan insoportables y nos causen dolor. Dependiendo del daño causado y la edad del paciente, los síntomas irán desapareciendo o no. En estos casos, el acúfeno puede ser permanente.

4. Traumatismos sonoros crónicos

Traumas acústicos que se producen por exposición continua a sonidos superiores a 80 decibelios, como por ejemplo sería el caso de trabajadores de la construcción que no usen protección auricular adecuada o la gente que utiliza auriculares con música demasiado alta de forma frecuente.

En esta categoría los síntomas y su gravedad variarán siguiendo múltiples factores,como el tipo de sonido (los sonidos agudos son más traumáticos), la edad del afectado, el tiempo y frecuencia de la exposición. Se produce porque las células ciliadas están constantemente en proceso de mecanotransducción y al no descansar lo suficiente, acaban produciendo demasiados productos tóxicos, provocando una inflamación que acaba por matarlas.

Este tipo de trauma acústico provoca acúfeno que desaparece tras el descanso y pérdida de audición. Tanto el acúfeno como la pérdida de audición irán empeorando con la exposición continua, llegando a ser irreversibles.

Causas habituales

En las causas de trauma acústico, encontraremos principalmente los siguientes.

1. Armas de fuego y fuegos artificiales

Las explosiones causadas por las armas de fuego tienen un volumen muy alto, entre 140 y 180 dB. El trauma acústico dependerá de factores como el tipo de arma, el manejo de esta (siendo un manejo cercano al oído más detrimental), el calibre de la munición y el número de salvas que hayamos disparado.

Mientras más disparemos, más probable es que nos causemos un trauma acústico.

2. Música en vivo

A muchos les habrá pasado al ir a un concierto, el tener que quedarse cerca de los amplificadores. En cuanto acaba, el zumbido constante que escuchamos (acúfeno) nos indica que nos hemos pasado con el rock&roll. Normalmente los conciertos no utilizan volúmenes que puedan ser demasiado detrimentales para nuestra salud, pero se han dado casos graves de trauma acústico tras la atendencia a conciertos.

La magnitud del daño depende en gran parte de la distancia que mantengamos con los amplificadores, del tipo de música que estemos escuchando (música más estridente se correlaciona con un mayor daño) y de factores propios de sensibilidad al trauma auditivo.

3. Riesgos ocupacionales

Ya hemos comentado anteriormente que el personal de obra suele padecer de trauma acústico crónico en aquellos casos en los que no lleven protección adecuada, pero no son el único colectivo afectado. Es el caso también de personas que trabajan en el entorno musical, como artistas, Dj’s o técnicos de sonido. Incluso aunque mantengan el volumen a niveles aceptables, los accidentes laborales en este campo, como por ejemplo un amplificador que se estropea, pueden causar graves daños a su sistema auditivo.

Para evitar estos daños, lo más inteligente es evitar fuentes de sonido excesivamente altas y, en caso de no ser posible, llevar toda la protección que podamos para cuidar de nuestro delicado oído. A la larga lo agradeceremos, aunque sea molesto.

Referencias bibliográficas

  • Fligor, B. (2018). Acoustic trauma from recreational noise exposures. AudiologyOnline, Article 23542. Retrieved from http://www.audiologyonline.com

  • De Alharilla Ibáñez, M. (2016). Acoustic trauma and sudden deafness. Actualidad médica.

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