Pares craneales: qué son, anatomía y funciones

Existen 12 pares craneales, una serie de nervios sensitivos y motores que, a diferencia de los comunes que salen de la médula espinal, nacen directamente del cerebro.

Pares craneales

Con más de 86 mil millones de neuronas, nuestro cerebro es el órgano por excelencia junto al corazón, pues centraliza la actividad del sistema nervioso. Esta pequeña masa de tejido de apenas unos 1.500 gramos nos permite pensar, movernos y, realmente, realizar cualquier función en el ámbito fisiológico y emocional.

Resulta chocante pensar que una estructura que supone menos del 2 % del peso de un individuo adulto tenga una funcionalidad tan esencial y diversa. De todas formas, para que la información llegue al centro neurálgico, tienen que existir “autopistas” de transporte nervioso de igual importancia, ¿verdad?

Aquí entran en juego los pares o nervios craneales, doce pares de nervios que surgen directamente del cerebro para distribuirse por diferentes zonas de nuestro cuerpo. Si quieres saber más sobre el apasionante mundo de la neurociencia y específicamente sobre estos nervios esenciales, te animamos a seguir leyendo.

Información general de los pares craneales

Como ya hemos dicho en los párrafos introductorios, estamos ante 12 pares de nervios periféricos que emergen del tronco cerebral, los cuales están relacionados con actividades motoras y sensoriales de la cabeza, el cuello y el tronco. Algunos de estos nervios tienen funciones sensitivas (oído, gusto y vista), mientras que otros controlan regiones de la musculatura facial o la secreción de ciertas glándulas. Los pares craneales se pueden dividir según su funcionalidad.

  • Pares con funciones sensitivas: el olfatorio (I), el óptico (II) y el vestibulococlear o estatoacústico (VIII).
  • Pares con funciones motoras: el motor ocular común u oculomotor (III), el patético o troclear (IV), el abductor (VI), el espinal accesorio (XI) y el hipogloso (XII).
  • Pares mixtos, es decir, con funciones sensitivas y motoras: el trigémino (V), el facial (VII), el glosofaríngeo (IX) y el vago (X).

Como podemos ver, los pares de nervios craneales se designan mediante nombres específicos y números romanos según su orden de localización, desde la zona frontal del encéfalo hacia la parte posterior del mismo. En base a esta localización, también los clasificamos en distintos grupos:

  • Cerebro medio: pares I y II.
  • Mesencéfalo: pares III y IV.
  • Protuberancia: pares V, VI, VII Y VIII.
  • Bulbo: pares IX, X, XI, XII.

Así pues, tenemos un total de 12 pares de nervios craneales. Si bien, como veremos en líneas posteriores, los dos primeros pares no se pueden considerar en un sentido estricto como nervios auténticos (hecho que causa una ligera confusión nominal en diversos ámbitos médicos).

Pares craneales tipos

Los 12 tipos de pares craneales

Una vez hemos desentrañado la localización y clasificación general de los pares craneales, es hora de sumergirnos de forma somera en cada uno de ellos. Vamos allá.

Nervio olfatorio (par I)

Recoge la sensibilidad olfatoria de los receptores de la mucosa nasal y conduce esta información hasta el bulbo olfatorio. Las prolongaciones de las células olfatorias de la mucosa nasal se tamizan a través de la lámina cribosa del etmoides. Cabe destacar que no es un nervio periférico como tal, pues en realidad se trata de extensiones periféricas de los tractos de fibras neurales. De todas formas, no nos vamos a detener en este debate de nomenclatura.

Nervio óptico (par II)

Conduce los impulsos visuales desde la retina al córtex occipital, es decir, conecta la parte posterior de cada ojo con el cerebro. Pasa por el agujero óptico junto con la arteria oftálmica y cabe destacar que, al igual que los nervios olfatorios, no se consideran un par de nervios periféricos al uso.

Oculomotor (par III), troclear (par IV) y abductor (par VI)

Los englobamos en un solo grupo, ya que todos ellos están encargados de inervar músculos que intervienen en el movimiento y control motor de los ojos. Estos nervios alcanzan la órbita ocular por la fisura orbitaria superior.

Nervio trigémino (par V)

El nervio trigémino se describe como mixto, pues cuenta con una función tanto sensitiva como motora. Es el par craneal de mayor grosor y tiene mucha importancia, pues recoge la sensibilidad facial y es el nervio motor encargado de la musculatura implicada en la masticación. A su vez, el trigémino se divide en un nervio oftálmico (V1), nervio maxilar (V2) y nervio mandibular (V3).

Nervio facial (par VII)

Estamos ante otro nervio craneal mixto, pues presenta un 70 % de neuronas motoras y un 30 % de fibras sensitivas. Se trata del par craneal más complejo de todos, ya que presenta una infinidad de funciones. Entre ellas, podemos listar las siguientes: moviliza los músculos de la cara, participa en la sensibilidad gustativa de la lengua y en la sensibilidad general de algunas partes del oído externo y regula la secreción de saliva y lágrimas.

Nervio vestibulococlear (par VIII)

Nervio aferente de función sensorial que tiene como funciones la audición y el mantenimiento del equilibrio en el individuo. Está compuesto por dos raíces: el nervio coclear (auditivo) y el nervio vestibular (transporta información sobre el equilibrio).

Nervio glosofaríngeo (par IX) y nervio vago (par X)

De nuevo, englobamos a estos dos pares craneales en un mismo grupo por su funcionalidad compartida: gracias a ellos se produce la elevación del paladar y el reflejo nauseoso, es decir, un mecanismo que evita que materiales sólidos o líquidos entren en nuestras vías respiratorias.

Tanto el par glosofaríngeo como el vago son nervios mixtos, pues presentan funciones sensitivas en la lengua, la faringe y la amígdala, así como actividad motora a nivel muscular. Cabe destacar que el par glosofaríngeo presenta actividad moduladora de la glándula parótida, cuya función es la producción de saliva para ayudar a masticar y digerir los alimentos.

Nervio espinal (XI)

Un nervio exclusivamente motor. Este par, ante todo, nos permite realizar el movimiento de “echar la cabeza hacia atrás”. Es el responsable de inervar el músculo esternocleidomastoideo y las tres porciones del músculo trapecio (trapecio superior, medio e inferior).

Nervio hipogloso (XII)

El último de los pares craneales, pero no por ello el menos importante. Se trata de un nervio motor, el cual es el encargado de la coordinación de los movimientos de la lengua (de ahí su nombre).

Enfermedades

Como con todas las estructuras importantes, los fallos en cualquiera de ellas pueden comprometer el bienestar individual de forma drástica. Por ejemplo, pueden suceder trastornos que dañan directamente a los nervios craneales, como son los traumatismos directos, aparición de tumores, infecciones (como la producida por el virus herpes zóster), un aporte inadecuado de sangre o el consumo de ciertos fármacos y toxinas.

La patología dependerá del par afectado, pues el paciente puede experimentar pérdida de visión total o parcial en uno de los dos ojos, el movimiento del mismo, pérdida de sensibilidad facial, dificultad auditiva, problemas para tragar o hablar y otras muchas patologías relacionadas con el cuello y la cabeza. Dependiendo de si los pares afectados son motores o sensitivos, la parálisis muscular o la disminución de uno de los sentidos serán los síntomas dominantes en estos trastornos.

Por todas estas razones, existen múltiples guías para fisioterapeutas y médicos que exploran los posibles trastornos en los pares craneales: desde la dificultad para deglutir hasta la pérdida de equilibrio, los síntomas son muy variados.

Resumen

Como hemos podido ver en estas líneas, los pares craneales son 12 pares de nervios que surgen directamente del cerebro y se ramifican directamente hacia ojos, oído, nariz y músculos, con el fin de recibir señales sensoriales, mantener el equilibrio y modular la actividad motora del individuo.

Tras este pequeño resumen sobre cada uno de los pares craneales, nos queda claro que cada uno de estos dos nervios en cada par juegan una función específica en la cabeza o sus alrededores: desde el gusto hasta el movimiento de la lengua, pasando por el olfato, la audición, el equilibrio y múltiples actividades motoras, podemos afirmar que los nervios craneales son esenciales para nuestros sentidos y funcionamiento fisiológico adecuado.

Toda esta información pone en evidencia que sí, el cerebro es importantísimo, pero existen otra serie de nervios y “autopistas” sin los cuales los seres humanos no podríamos vivir. En la fisiología de nuestra especie, cada célula y tejido son esenciales para nuestro funcionamiento y bienestar general.

Referencias bibliográficas

  • Capítulo 1: nervios craneales. Recogido a 30 de octubre en http://www.paidotribo.com/pdfs/769/769.0.pdf
  • Exploración de los pares craneales, recordatorio de semiología, medfam.com. Recogido a 30 de octubre en https://medfamcom.files.wordpress.com/2012/08/pares-craneanos.pdf
  • Gutiérrez, J. C., Pérez, P. C., & García, M. S. (2011). Patología de los pares craneales. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 10(71), 4793-4805.
  • Gutiérrez, J. C., Pérez, P. C., & García, M. S. (2011). Patología de los pares craneales. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 10(71), 4793-4805.
  • Introducción a los pares craneales, MSDmanuals.com. Recogido a 30 de octubre en https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-nerviosas/trastornos-de-los-pares-craneales/introducci%C3%B3n-a-los-pares-craneales
  • SISTEMA NERVIOSO: exploración clínica de los pares craneales, propedéutica Clínica y semiología médica (Tomo I). Recogido a 30 de octubre en http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/pdguanabo/cap15.pdf
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