Los 6 tipos de cuerpo de mujer (según su silueta)

Estamos habituados a ver un único tipo de cuerpo femenino en los medios de comunicación, donde se ensalza una perfección ficticia. Sin embargo, existe una gran diversidad de siluetas y constituciones que merecen ser también visibilizadas.

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Con frecuencia, los medios de comunicación ofrecen una imagen del cuerpo de las mujeres idealizada que dista mucho de la realidad. Continuamente vemos cuerpos delgados, pulidos y perfectos de proporciones armónicas en la publicidad, las películas o los programas de televisión. Este bombardeo ha llevado a asumir que existe un único tipo de cuerpo femenino y que todas las mujeres que se alejen de él no entran en el rango de la normalidad.

La (maravillosa) diversidad de cuerpos

La realidad es que el cuerpo de las mujeres puede ser muy diverso. Lejos del modelo único que estamos habituados a ver, la variedad existente ha permitido identificar diversos tipos de cuerpos en función de distintas características. Por un lado, podemos discriminar distintos tipos de cuerpos de acuerdo con el tipo de metabolismo, la masa muscular, la constitución ósea y las zonas donde se acumula la grasa. De esta manera, cada persona tiene una constitución determinada. Esta clasificación se conoce como tipos de cuerpos somáticos.

Por otro lado, además de los cuerpos somáticos, en el caso de las mujeres se pueden observar diferentes tipos de siluetas. Conocer este aspecto es interesante a la hora de elegir las prendas de vestir, ya que esto permite elegir aquellas que ensalzan y favorecen más cada tipo de cuerpo. Aunque hay quienes opinan que etiquetar la silueta de las mujeres es perjudicial, la otra cara de la moneda es que conocer esta diversidad permite dar visibilidad a los cuerpos no normativos y favorecer la aceptación de los mismos.

Gustarse y acicalarse no debería ser algo vinculado a un único tipo de cuerpo, pues todas las mujeres tienen derecho a sentirse a gusto en su piel y seguras de sí mismas. Si quieres conocer bien tu cuerpo y lucir de la mejor forma cada parte de él, en este artículo vamos a comentar los tipos de cuerpo somáticos y las distintas siluetas femeninas.

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Los tres tipos de cuerpos somáticos

Para empezar, vamos a hablar de los llamados tipos de cuerpo. Normalmente, se pueden reconocer tres grandes grupos.

  • Endomorfo: Este tipo de cuerpo se caracteriza por un metabolismo lento, por lo que es habitual que se acumule más cantidad de grasa. Existe tendencia al sobrepeso, especialmente cuando no se mantiene un estilo de vida saludable. Este tipo de constitución da lugar a cuerpos más anchos y grandes. Uno de los puntos fuertes del cuerpo endomorfo es que, con el entrenamiento adecuado, puede ganar mucha fuerza.

  • Ectomorfo: Este tipo de cuerpo es opuesto al anterior. Se caracteriza por una complexión delgada y un peso que habitualmente se sitúa por debajo del promedio en la población. Hay una estructura ósea más bien alargada y un metabolismo rápido, por lo que apenas hay ganancia de peso. Este cuerpo apenas acumula grasa y será difícil que gane masa muscular.

  • Mesomorfo: Este tipo de cuerpo representa el punto medio entre los dos anteriores. En este caso la masa muscular es media y la acumulación de grasa es moderada. Las mujeres con cuerpo mesomorfo suelen tener una silueta tipo reloj de arena, de la que hablaremos después.

Aunque existan estos tres tipos de cuerpos somáticos, lo cierto es que no existen tipos puros en las personas. En lugar de categorías cerradas, deberíamos considerar el cuerpo en un continuo, donde puede inclinarse en mayor o menor medida hacia ambos extremos.

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¿Qué tipos de cuerpo femenino existen?

A continuación, vamos a comentar los distintos tipos de siluetas femeninas que pueden observarse en la mujer.

1. Pera

El cuerpo con forma de pera es aquel en el que la mujer posee hombros estrechos y caderas más grandes. El busto es de tamaño mediano, aunque la cintura puede variar en su pronunciación. En esas mujeres las piernas suelen ser más bien anchas, mientras que los brazos son más finos. Es habitual que la parte superior del cuerpo sea de mayor longitud que la inferior y que el abdomen sea plano.

Una mujer con cuerpo de pera puede tener todo tipo de complexiones y estaturas. En cualquier caso, la grasa suele acumularse siempre en la zona de los mulos y los glúteos.

2. Reloj de arena

El cuerpo reloj de arena es el cuerpo con las proporciones más armónicas entre la parte superior y la inferior. A diferencia del cuerpo tipo pera, el reloj de arena se caracteriza porque los hombros y las caderas poseen una anchura similar. En esta silueta la cintura se encuentra muy marcada, ya que es más estrecha que las caderas.

La zona de las caderas es curvilínea y el busto y las nalgas redondeados. Con independencia del peso, en esta silueta siempre se observa la estrechez característica de la cintura. De igual manera, incluso las mujeres más delgadas siguen mostrando caderas pronunciadas si poseen este tipo de cuerpo. Habitualmente, la grasa se distribuye alrededor de las nalgas, los muslos y el pecho.

3. Rectángulo

El cuerpo tipo rectángulo es aquel en el que hay un volumen casi idéntico en pecho, caderas y cintura. La zona del tronco es ancha y fuerte, aunque las piernas son más delgadas. En este caso las caderas están poco marcadas y la zona de los glúteos es plana.

En este tipo de cuerpo la grasa se deposita en el área abdominal y los muslos. A diferencia de la silueta reloj de arena, en este tipo de cuerpo el aumento de peso sí hace desaparecer la cintura marcada.

4. Manzana

Las mujeres con este tipo de cuerpo poseen una silueta recta y voluminosa, con un tronco ancho y una cintura poco acentuada. El abdomen suele ser abultado y la anchura de hombros y caderas es similar. Las piernas son finas y la estatura suele ser más bien baja. En el cuerpo de la manzana es habitual el sobrepeso y la retención de líquidos, que se distribuye de manera uniforme por todo el cuerpo.

5. Triángulo Invertido

El cuerpo de triángulo invertido es aquel en el que los hombros son mucho más anchos que las caderas, con una cintura mínimamente pronunciada. Esta silueta suele implicar una pelvis estrecha y glúteos aplanados, concentrando el volumen en la zona del pecho. Las mujeres deportistas suelen ser las que poseen este tipo de cuerpo. En este caso, si hay exceso de peso este se distribuye por todo el cuerpo, de forma que la silueta triangular puede pasar a ser una tipo manzana.

6. Columna

El cuerpo con este tipo de silueta es aquel de aspecto delgado, con hombros estrechos, pecho pequeño y cintura apenas marcada. Es habitual que las mujeres con cuerpo de columna sean altas, con extremidades largas aunque proporcionadas con el tronco. En estos casos suele ser difícil ganar peso, aunque si esto sucede, este se acumula en la zona abdominal y los muslos.

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Una reflexión acerca de la diversidad de cuerpos y la gordofobia

Aunque es cierto que cada vez más personas dan visibilidad a la diversidad de los cuerpos y a la imperfección que nos hace humanas, aún hay un largo camino por recorrer en materia de aceptación corporal. La gordofobia sigue siendo un fenómeno muy extendido en la sociedad que constituye un obstáculo para conseguir la aceptación real de todas las siluetas.

Al fin y al cabo, esta consiste en odio, rechazo y violencia hacia las personas gordas por el mero hecho de serlo. Este sentimiento de desprecio hacia quienes no se ajustan a la normatividad es algo que ha calado en nosotros hasta tal punto que muchas veces adoptamos conductas gordofóbicas sin apenas darnos cuenta. De esta manera, experimentamos un sesgo que nos lleva a desarrollar prejuicios hacia las personas con sobrepeso.

Asumimos que las personas gordas son infelices, carecen de voluntad para llevar un estilo de vida saludable o están destinadas al fracaso. Es duro, pero la realidad es que estos pensamientos están presentes en la mayoría de la población siempre que se hace referencia a alguien con sobrepeso u obesidad. Vivir en una sociedad que rinde culto a la delgadez no es tarea sencilla. Basta con tener algo de sobrepeso o una complexión ancha para comenzar a sentir culpa y vergüenza relacionados con el propio aspecto.

Esta condena hacia las personas con cuerpos que no se amoldan al ideal de belleza establecido se justifica con supuestos argumentos en pro de la salud. Resulta curioso esto, pues se asume que delgadez y salud son siempre sinónimos, que todas las personas con cuerpos grandes tienen mala salud o que el hecho de que alguien sufra obesidad da licencia para masacrar y rechazar a su persona de formas más o menos explícitas.

No se trata de forzar un movimiento como el body positive, que trata de convertir en algo bello los michelines, el vello corporal o las estrías. Con este tipo de filosofías caemos en el mismo error de siempre, que es el de buscar que algo sea bello para lograr su aceptación. El bienestar de las personas y particularmente el de las mujeres (las que más sufren la presión por estar siempre perfectas), no se logrará haciéndoles creer que son bellas con independencia de su aspecto.

En su lugar, sería mejor apostar por una aceptación realista, en el que se cuida y respeta el propio cuerpo aunque haya partes de él que no nos gusten tanto o no encajen en lo estéticamente ideal. Con independencia de si tu cuerpo es manzana, pera, columna o reloj de arena, abrázalo con sus más y con sus menos, acepta desde la naturalidad las partes que más te gustan y las que menos para sentirte cómoda en tu propia piel.

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