Teniasis: causas, síntomas y tratamiento

Un largo parásito puede invadir nuestros intestinos y causar esta enfermedad.

Teniasis

La teniasis es una enfermedad parasitaria causada por céstodos del género Taenia. Esta patología prevalece en Asia, África y América latina, especialmente en zonas urbanas y rurales que carecen de una estructura sanitaria eficaz.

Debido a la importancia clínica de este patógeno y a un claro sesgo de infección en lo que a género y edad se refiere, conocer las dinámicas de este parásito es esencial para evitar su expansión. A continuación, detallamos todo lo que debes saber acerca de la teniasis, desde rasgos biológicos de las tenias hasta el abordaje clínico de la patología.

Teniasis: un ser vivo de metros de largo en nuestro interior

La teniasis es producto de una infección tras el consumo de carne contaminada o el contacto con material que ha estado expuesto a las heces de un animal enfermo. Conocer al parásito en cuestión es la primera de las barreras para prevenir el contagio, por lo que a continuación mostramos las características más generales del género Taenia.

Parásitos gigantes

Los céstodos Taenia solium y Taenia saginata son los causantes de la teniasis. Es importante conocer que la primera especie nombrada también puede dar lugar a la cisticercosis, una patología mucho más grave que descubriremos en apartados posteriores.

Las tenias o solitarias tienen una forma agusanada y plana, y su cuerpo está dividido en múltiples segmentos o proglótidos. Cada uno de estos compartimentos presenta un aparato reproductor hermafrodita completo, y es curioso conocer que, los segmentos finales repletos de huevos, suelen desprenderse por completo de la tenia sin causarle ningún tipo de perjuicio.

Una de las características más llamativas de las tenias es su extraordinario tamaño para el estilo de vida parasítico que presentan. Taenia solium mide de 4 a 8 metros, mientras que T. Saginata puede llegar a los 12 metros de longitud sin mucha dificultad. ¿Se imaginan tener a un ser vivo de tales proporciones habitando su intestino delgado? Por grotesco que pueda parecer, tal y como veremos posteriormente, esta enfermedad es mucho más silenciosa de lo que se cree.

También presentan un órgano cefálico llamado escólex, compuesto por ventosas y coronas de ganchos. Esta compleja cabeza les sirve como punto de fijación a la mucosa intestinal de los vertebrados a los que parasitan, donde se alimentan y desarrollan sus funciones vitales. A continuación, te presentamos el ciclo vital del parásito que da lugar a la teniasis en humanos.

Un ciclo vital sencillo

La teniasis es una patología ligada a la presencia de cerdos y vacas en ambientes insalubres, pues estos son los hospedadores principales del parásito. A continuación, te resumimos el ciclo vital de las tenias de forma sencilla:

  • Los huevos esféricos, de 30 a 45 micrómetros de diámetro, son expulsados con las heces del ser humano infectado.
  • Estas oncosferas pueden permanecer en el medio de días a meses, y los animales de ganado se infectan al comer vegetales contaminados.
  • Taenia solium infecta a cerdos, mientras que Taenia saginata tiene a las especies de vacuno como hospedadoras intermedias.
  • Una vez en el animal, los huevos eclosionan y las larvas migran a los tejidos musculares del animal, dando lugar a cisticercos.
  • La persona se infecta al consumir carne con cisticercos.
  • Estas larvas, una vez en el cuerpo humano, migran hasta el intestino delgado, donde se desarrolla el adulto hermafrodita capaz de reproducirse.

Como hemos podido observar, en este caso el ser humano es el hospedador definitivo del parásito, pues sin nosotros, su ciclo vital no podría cerrarse. La teniasis es la patología producto de la presencia de la tenia adulta en el intestino delgado. Otro caso es el de la cisticercosis, mucho más letal y grave.

Cuando una persona consume de forma accidental huevos de Taenia solium, ya sea por llevarse a la boca algún elemento contaminado con heces humanas u otro medio de transmisión, las larvas de tenia se confunden. Estas creen que se encuentran en su hospedador intermediario (vaca o cerdo) y migran a los tejidos del humano generando los quistes conocidos como cisticercos. Cuando las larvas se enquistan en el cerebro (neurocisticercosis), la cosa se agrava más aún.

Abordaje clínico de la teniasis y cisticercosis

Una vez hemos descrito a los parásitos causantes de esta curiosa enfermedad, es momento de analizar la teniasis desde un punto de vista clínico y epidemiológico.

1. Causas

Las tenias son unos parásitos cosmopólitas con mayor incidencia en lugares donde se acostumbra a comer carne de cerdos o bovinos cruda o mal cocinada. Los lugares de mayor incidencia son Latinoamérica, África Meridional, India o China, entre otros.

Un curioso estudio realizado a nivel Europeo en el año 2012 recogió los datos de teniasis registrados en 20 años. Estos fueron los resultados:

  • De los 846 casos registrados, 522 eran autóctonos y 324 importados.
  • El 70,1% de los casos autóctonos fueron registrados en Portugal entre 1983 y 1994.
  • El 74% de los casos importados fueron por migrantes y el resto, por viajeros dentro del ámbito europeo.
  • La mayoría de los casos importados provinieron de Sudamérica.
  • La mayoría de los casos importados se dieron en España (47,5%), Francia e Italia.

Como podemos ver, la teniasis no es una enfermedad que afecta únicamente a los países de bajo ingreso. También está presente en países europeos, ya sea por contagios autóctonos o importados, en su mayoría, de América Latina.

Otro cantar es cuando nos fijamos en la presencia de estos parásitos en países tales como Brasil. En este caso, un estudio demostró que la prevalencia (número de individuos infectados) entre el ganado de esta región era del 5,5%:

En América Latina, se calcula que los casos de neurocisticercosis (la peor de las patologías causadas por Taenia solium) es de 100 infectados por cada 10.000 habitantes, afectando a un total de 350.000 personas. Teniendo en cuenta la gravedad de esta variante patológica, nos encontramos ante números desorbitados.

2. Síntomas

Por extraño que pueda parecer, los síntomas de la teniasis son leves o incluso no están presentes. Así es, una persona puede tener a un animal de 10 metros en su intestino durante años y casi no darse cuenta. Aún así, estudios recogen las manifestaciones clínicas más comunes de esta patología. De entre más de 3.000 personas con la enfermedad encuestadas se recogieron los siguientes síntomas:

  • El 35 % revelaron tener dolor abdominal.
  • El 34 % presentaba náuseas recurrentes.
  • Más del 20 % experimentaron debilidad y pérdida de peso.
  • Menos del 20 % experimentaron otros síntomas, tales como cefaleas, constipaciones, vértigo, diarrea o picor en la región anal.

Todos estos síntomas son producto de la actividad de la tenia adulta en el intestino delgado. Al fin y al cabo, se trata de un parásito de metros de longitud que se está alimentando de forma continuada de los nutrientes aportados por la dieta del humano.

La cisticercosis se presenta de forma mucho más agresiva, y el cuadro clínico depende mucho de los órganos que hayan infectado las larvas. El caso de la neurocisticercosis es el más llamativo, pues al haberse enquistado en el propio cerebro, generan síntomas tales como dolores de cabeza, pérdidas de memoria, convulsiones y hasta la muerte.

3. Diagnóstico y tratamiento

La búsqueda de huevos en la materia fecal del paciente sospechoso es el método de detección más común, si bien no el más efectivo, ya que detectan menos de la mitad de los casos cuando se analiza una única muestra de heces. Es por ello que se realizan recogidas de muestras a los pacientes durante, al menos, tres días.

Según la organización mundial de la salud (OMS), la teniasis se trata de forma efectiva con la administración de praziquantel o niclosamida en una dosis única. Para el tamaño que tiene, acabar con el parásito es sorprendentemente fácil.

Tratar la neurocisticercosis es más complejo, pues la eliminación de los quistes larvales puede producir una respuesta inflamatoria orquestada por el sistema inmune de la persona afectada. Por ello, se utilizan los medicamentos antes citados de forma más prolongada, además de corticosteroides, antiepilépticos, y en algunos casos intervenciones quirúrgicas.

Conclusiones

La teniasis y cisticercosis son patologías que se dan por funcionamientos irregulares en las ramas de la veterinaria, salud pública y el medio ambiente.

Al encontrarse los focos de infección en material fecal y carne contaminada, aplicar el máximo número de medidas de higienización es esencial para su erradicación. Esto comprende una mejor inspección de los productos cárnicos, una identificación y tratamiento de los casos de teniasis en humanos y cisticercosis en ganado y una mejora de saneamiento general en el entorno.

Referencias bibliográficas

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