Meningitis, síntomas, tipos, causas y tratamiento

Existen varias formas de contraer la meningitis. En este artículo te explicamos sus síntomas, causas, y cómo evitarlas.

Meningitis

La meningitis (del griego “meningx”, que significa membrana o envoltura y el sufijo -itis que significa inflamación) es una inflamación de las meninges, tres membranas protectoras que se encuentran rodeando el encéfalo y la médula espinal.

Estas membranas, colocadas entre la estructura ósea y el sistema nervioso central, se denominan duramadre, aracnoides y piamadre, y en conjunto ofrecen protección bioquímica (filtrando la sangre antes su paso al sistema nervioso) y mecánica (mediante amortiguación por el líquido cefalorraquídeo) al sistema nervioso central.

Síntomas de la meningitis

Los síntomas de la meningitis variarán según la causa de la inflamación y la etapa vital de los afectados, pero aquellos comunes para la mayoría de casos son:

  • Fiebre
  • Fuerte dolor de cabeza
  • Rigidez de la nuca y el cuello

Otros síntomas incluyen vómitos, confusión, fotofobia o sarpullidos característicos, como en el caso de la meningitis meningocócica, causada por Neisseria meningitidis, que es capaz de provocar importantes daños cerebrales o la muerte hasta en un 50% de los casos que no reciban tratamiento adecuado.

Estos síntomas son habitualmente causados por la acción de nuestro propio sistema inmune. La mayoría de casos de meningitis se deben a la a presencia de un gran número de organismos patógenos en el sistema nervioso central o las propias meninges.

Bajo estas condiciones, se produce una reacción inflamatoria que incrementa la permeabilidad de la barrera hematoencefálica (la estructura que filtra la sangre del cuerpo antes de que esta pueda entrar en contacto con el delicado sistema nervioso), facilitando la acumulación de líquido en el espacio subaracnoideo.

Este proceso inflamatorio acaba degradando el sistema nervioso por la presión mecánica del líquido acumulado, la destrucción de uniones intercelulares del tejido afectado y la disrupción del flujo sanguíneo habitual. Este flujo alterado, además de incrementar el líquido en la zona (proceso llamado edema), dificulta las labores de “limpieza” de los restos de la batalla del sistema inmune contra los organismos patógenos, cosa que incrementa todavía más la regulación del proceso inflamatorio, ya que nuestro sistema inmune se activará con mayor fuerza y durante mayor tiempo al mantener el contacto con los cuerpos extraños acumulados.

Tipos de meningitis

Las consecuencias de este proceso dependen de la severidad y duración de la reacción inflamatoria, que variará según el origen de la respuesta. Podemos diferenciar varios tipos generales, según la causa de la inflamación:

1. Meningitis Víricas

El tipo más habitual. Suele afectar niños menores de cinco años, con mayor severidad en recién nacidos y personas inmunodeficientes. Este tipo de meningitis no suele requerir, en la mayoría de casos, el uso de tratamientos antivirales, si no que la gran mayoría de casos se resuelven en un periodo de 7 a 10 días sin secuelas importantes.

Algunos de los causantes de este tipo de meningitis son virus como el de la varicela o las paperas, enfermedades para las cuales existen vacunas. Al tratarse de infecciones víricas, el contagio es una posibilidad y el trato con un afectado debería llevarse en condiciones lo más asépticas posible.

2. Meningitis Bacterianas

Las meningitis causadas por bacterias suelen tener una mayor severidad y cabe la posibilidad de desarrollar sepsis, una respuesta inmune dañina, descontrolada y generalizada a todo el cuerpo. Por este motivo, el tratamiento de estas meningitis requiere el uso de antibióticos para luchar contra la infección y en algunos casos el uso de drogas que debilitan el sistema inmune, como los corticoides, para reducir el daño colateral del proceso inflamatorio.

El contagio es más fácil cuando hablamos de meningitis bacterianas, pero existen vacunas contra algunas de las bacterias causantes, como por ejemplo para N.meningitidis y Streptococcus pneumoniae. Es importante mantenerse al día en el calendario de vacunas e investigar cuáles son necesarias al viajar a zonas con mayor presencia de estos patógenos.

3. Meningitis Fúngicas

Causadas por hongos en el torrente sanguíneo o en el líquido cefalorraquídeo, suele afectar mayormente a personas inmunodeficientes, como los receptores de trasplantes. Esto ocurre porque los hongos tienen más dificultades para parasitar un ser humano con un sistema inmune de actividad normal. El contagio entre personas no es habitual, si no que se suele contraer por la inspiración de esporas.

4. Meningitis parasíticas

Causadas por la respuesta inmune contra parásitos como las amebas, suelen afectar comúnmente a animales más que a seres humanos y son de difícil contagio.

5. Meningitis no infecciosas

Ocasionalmente, la meningitis puede ocurrir por la acción de ciertos cánceres, drogas, o heridas que afectan a la integridad de las meninges, iniciando procesos inflamatorios. Estas no son contagiosas, al no depender de una infección que pueda transmitirse.

Los síntomas de los distintos tipos de meningitis son bastante similares en etapas tempranas de la enfermedad, de modo que la atención médica rápida puede ayudar a limitar los efectos negativos de la meningitis y a detectar los casos en los que se requiere intervención mediante eliminación del patógeno y/o regulación del proceso inflamatorio.

El diagnóstico diferencial suele requerir una extracción de líquido cefalorraquídeo para descubrir al culpable de la enfermedad y ajustar el tratamiento de manera acorde.

Conclusión

Se calcula que en total, la meningitis es causa de la pérdida de 320.000 vidas anuales a nivel global, afectando en su mayoría a los países subsaharianos del llamado “cinturón de la meningitis”, donde las condiciones ambientales y sociales favorecen epidemias periódicas de meningitis meningocócica. Pero los causantes de la meningitis son muy diversos y los podemos encontrar globalmente.

Afectan principalmente a aquellos con sistemas inmunes deficientes o en desarrollo, cuyas vidas dependen de sistemas sanitarios bien desarrollados y poblaciones con un alto grado de inmunidad a infecciones, adquirido mediante vacunación y buenos hábitos higiénicos. ¡Un motivo más para abogar por la vacunación!

Referencias bibliográficas

  • Munguambe, A. M., et al. (2018). Characterization of strains of Neisseria meningitidis causing meningococcal meningitis in Mozambique, 2014: Implications for vaccination against meningococcal meningitis. PloS one.
  • Hoffman, O., & Weber, R. J. (2009). Pathophysiology and treatment of bacterial meningitis. Therapeutic advances in neurological disorders
  • GBD 2016 Meningitis Collaborators (2018). Global, regional, and national burden of meningitis, 1990-2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. The Lancet. Neurology.
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