Los 9 principales alimentos probióticos del mercado (y sus beneficios)

Estos alimentos regulan el tránsito intestinal. Te explicamos por qué deberías añadirlos a tu dieta.

Alimentos probióticos

Si bien hace años nadie hablaba de productos probióticos, hoy en día son un tipo de alimento que está en boca de todos los que se preocupan por su alimentación. A pesar de que pueda parecer una moda, está científicamente demostrado que estos alimentos son muy beneficiosos para nuestra salud.

Aconsejamos que en la compra semanal haya más de uno de estos alimentos. Los probióticos están especialmente indicados para aquellas personas con problemas intestinales y que quieran ayudar a su cuerpo a tener mejores herramientas para su correcto funcionamiento.

Alimentos probióticos

Algunos de los alimentos que vas a ver a continuación son tradicionales, y otros probablemente no los han probado nunca. Muchos tienen su origen en otros países, pero cada vez son más los establecimientos que no acercan estos productos a nuestra dieta.

Es muy importante tener en cuenta que estos alimentos deben contener los tan preciados microorganismos vivos. A veces la industria alimentaria nos presenta versiones de estos alimentos que carecen de ellos, con lo que al final no son productos tan beneficiosos.

A continuación vamos a ver los principales alimentos probióticos que se pueden encontrar en el mercado.

1. Yogur

El yogur es uno de los alimentos probióticos más conocidos. Se produce a partir de leche, que se fermenta a través de la acción de diferentes baterías, de las cuales destacan las colonias de Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus.

Estas bacterias consumen la lactosa, el azúcar de la leche, y producen ácido láctico. Esto influye en la consistencia del producto final, pues hace que las proteínas de la leche se coagulen.

Hay que ser conscientes de que podemos encontrar este producto pasteurizado, y esto no es interesante. La pasteurización es una técnica que utiliza la industria alimentaria para alargar la vida del producto. Se aplica una muy alta temperatura durante unos segundos y mata a casi todos los microorganismos del producto: los malos, pero también los buenos.

2. Kéfir

El kéfir es un producto también a base de leche fermentada. Es originario del Cáucaso y Anatolia, si bien se ha consumido ancestralmente también en el Este de Europa.

La base del proceso del proceso de fermentación es la misma que la del yogur, pero la diferencia básicamente es la acción de microorganismos diferentes. Hay hasta 21 bacterias y 2 hongos identificados en el kéfir. No es nada común que se venda kéfir pasteurizado.

3. Queso

El queso también es un producto que se obtiene a partir de la fermentación de la leche. Si se elige una variedad no pasteurizada también puede tendrá propiedades probióticas.

Especialmente valiosos son los quesos crudos, ya que la leche no ha pasado por ningún proceso de calentamiento y tiene mucha riqueza de microorganismos como las bifidobacterias. Destacamos quesos como el Cheddar o el Gouda.

4. Chucrut

El chucrut es un producto tradicional de Europa Central que se elabora fermentando repollo o col blanca. Diferentes bacterias, de entre las que destacan lactobacilos y bifidobacterias, consumen los azúcares de la col y liberan ácido láctico.

Si bien en este caso también se produce una fermentación láctica, esto no tiene relación alguna con la leche. Este tipo de fermentación solo hace referencia a que el ácido láctico se genera en la fermentación, no a que la leche sea el alimento del que se parte.

También en el caso del chucrut es usual encontrarlo producido industrialmente. Hay que evitar el producto pasteurizado si es posible, pues no tiene valor probiótico.

5. Kombucha

La kombucha es una bebida probiótica que se obtiene a base de té negro fermentado, la cual se conoce también como té de hongo chino. Sus orígenes se sitúan en China, si bien su consumo se fue extendiendo ya hace años en países como Japón, Corea, Rusia, etc.

Es una bebida que parte del té negro pero al que se le añade azúcar. De este modo los diferentes microorganismos pueden desarrollarse, pues la kombucha se obtiene gracias a la acción de colonias de hongos y también de bacterias.

6. Tempeh

Este alimento tiene su origen en Indonesia. Se elabora a partir de la soja gracias a la fermentación del hongo Rhizopus oligosporus.

Se trata de un alimento muy conocido por las personas que optan por una alimentación vegana, pues además de tener propiedades probióticas también tiene otras cualidades.

Junto con el hecho de que la soja es una buena fuente de proteína, en la fermentación que se produce para elaborar el tempeh se genera la vitamina B12. Esta generalmente solo se encuentra en la carne, y de hecho muchos veganos toman suplementos de esta vitamina.

7. Miso

El miso es un producto de origen japonés. Se trata de una pasta espesa que se ha usado tradicionalmente en Japón para condimentar o aderezar sushi, diferentes platos de desayuno japonés y la sopa de miso. El miso se elabora partiendo de semillas de soja, sal y aspergillus oryzae o koji, un hongo tradicionalmente usado en la cocina japonesa y china.

En vez de semillas de soja también se puede usar arroz, centeno o cebada. Las diferentes variedades de miso dependen también del tiempo de fermentación, habiendo diferentes colores e intensidades de sabor a escoger.

Destaca su aporte en proteína, vitamina K y minerales como el manganeso.

8. Kimchi

El kimchi es un plato típico de Corea al que todo el mundo tiene acceso a cualquier hora. El hecho de que los platos fermentados hayan captado la atención de las personas con intereses en la comida saludable ha hecho que este plato haya traspasado fronteras, y es que puedes prepararlo en tu propia casa.

A la fermentación inicial de nabo, pepino, col china y sal, se le une luego jengibre, chile y salsa con ajo. Se usa sobre todo como acompañante de platos principales, especialmente el arroz, y tiene destaca por sus propiedades digestivas e inmunológicas gracias a los probióticos que contiene.

9. Verduras en escabeche

Si bien los pepinillos son los más populares, prácticamente se pueden fermentar todas las verduras. Se trata de un proceso en el que los alimentos se marinan en una solución de agua y sal (salmuera) para que luego se produzca una fermentación láctea.

Hay que tener en cuenta que todo producto que esté encurtido con vinagre no puede ser probiótico, pues no permite que vivan las bacterias.

Referencias bibliográficas

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