Presentarse a unas oposiciones para acceder a una plaza de empleo público es una opción por la que optan año tras año miles de españoles. Y es en parte por ello que la preparación en vistas de presentarse a estos exámenes es todo un reto: para tener opciones hay que competir duramente.
Pero no todo tiene que ver con la interiorización de los conocimientos específicos del ámbito profesional al que se oposita; también hay que prepararse psicológicamente para la prueba en sí, y para todo lo que conlleva durante los meses anteriores.
Por eso, en este artículo veremos cuáles son los pilares básicos de la preparación mental ante las oposiciones; el conjunto de aptitudes psicológicas que maximizan las probabilidades de obtener buenas puntuaciones y sacar plaza.
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Las claves de la preparación mental al presentarse a oposiciones
Es cierto que en el mundo de las oposiciones existe una gran variedad de plazas a las que optar, ya sean en alguna rama de la administración pública, en el sistema educativo, en Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o para conseguir una plaza en el sistema de salud, entre otros ámbitos profesionales. Se trata de contextos de trabajo claramente variados, pero en la preparación de las pruebas que llevan a ellos hay elementos comunes; uno de ellos es la habilidad a la hora de prepararse mentalmente.
A continuación encontrarás un resumen de las claves más importantes de la preparación mental a potenciar ante las pruebas de oposiciones.
1. Organización
La primera clave que debe tener en cuenta todo opositor tiene que ver con la facilidad con la que adaptamos nuestros hábitos para mantener una organización tanto mental como material en todo momento, ya que de este modo se es más productivo, y los resultados de ello se notan mucho a medio y largo plazo: menos tiempo malgastado, mayor facilidad para concentrarse, etc.
Tener en mente una buena organización del tiempo que afecte a toda la jornada de estudio, empezar y terminar las sesiones de preparación a las mismas… son patrones de comportamiento que juegan a nuestro favor tanto a nivel físico como a nivel intelectual.
Así, planificar mentalmente cada una de las jornadas de preparación permite aprovechar más las horas dedicadas a ello, ayuda a concebir todo el temario de manera global desde un primer momento y también favorece un estudio más profundo y exhaustivo.
2. La importancia de la automotivación
La automotivación es una de las claves más necesarias durante el período de preparación de oposiciones, sobre todo en las primeras etapas del proceso, cuando aún no existe un hábito y hay que realizar mayores esfuerzos para adaptarse a esta rutina.
Por ello, aprender técnicas de automotivación es esencial, ya que el estudio de oposiciones es un trabajo de varios meses en el que la persona puede experimentar altibajos, los cuales suponen el riesgo de perder en pocos días el progreso acumulado a lo largo de semanas.
El establecimiento de objetivos claros y a corto plazo durante todo el período de estudio es una de las formas con las que mantener elevada la motivación. Y es que, aumentando progresivamente la dificultad y exigencia de dichos objetivos pero a la vez manteniendo varios de ellos próximos en la escala temporal se pueden obtener a la larga resultados muy positivos, así como de una mejor preparación para los exámenes de evaluación.
3. Control de la activación
El control de la activación, es decir, las capacidades que tiene una persona para manejar sus estados de estrés o ansiedad, es también crucial en cualquier opositor. Por supuesto, lograr un dominio total sobre las propias emociones es imposible, pero sí es realista proponerse alcanzar cierta capacidad de modulación emocional.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que la ansiedad y el estrés pueden reducirse o minimizarse para que no interfieran negativamente en el estudio, y para lograr tal fin es necesario entrenar e incorporar una serie de herramientas de control de la activación interiorizadas a través del entrenamiento psicológico en ellas.
Puesto que tanto la ansiedad como el estrés pueden proceder de pensamientos angustiantes y ansiógenos, como por ejemplo “no voy a aprobar”, “estoy perdiendo el tiempo” o “no voy a tener plaza”, una buena manera de reducirlos es identificar dichos patrones de pensamiento negativos y modificarlos por otros más positivos y matizados que nos ayuden a seguir adelante con el estudio.
Además de eso, incorporar en el día a día técnicas de relajación y de Mindfulness o actividades distendidas durante los descansos como hacer deporte, ver una serie o tomar un baño, también es una buena forma de minimizar el impacto de la ansiedad y el estrés, facilitando que se dé un “reseteo” mental muy útil para dejar atrás los pensamientos intrusivos.
4. Orientación a los objetivos
Entrenar una forma de pensamiento positivo y motivador durante todo el proceso de oposiciones también es un buen método para lograr el éxito durante el estudio, así como en los exámenes.
Igualmente, mantener un estilo de pensamiento basado en el logro de objetivos y en el convencimiento de que el estudio es una inversión a largo plazo, también es una muy buena forma de superar cada una de las exigencias de la oposición sin desanimarse. La clave está en no plantear las metas a través de ideas abstractas, sino de objetivos bien detallados y con fecha límite o límites horarios para ese mismo día.
5. Gestión de la atención
Lograr un buen dominio del foco atencional es uno de los aspectos clave de la preparación mental en el contexto de las oposiciones, pero también en cualquier otro ámbito de la vida relacionado con el rendimiento y la auto-superación. Esto implica ganar práctica bloqueando la influencia de los distractores, ganando consciencia de los ciclos a través de los que funciona la intensidad del nivel de concentración, y sabiendo cómo gestionar los materiales de estudio o de entrenamiento para que nos permitan repetir una y otra vez una tarea hasta que sepamos cómo hacer algo, sin interrupciones innecesarias.
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