Vivir el día a día es fundamental, pero también hay que tener un plan de vida. No todo se puede hacer sobre la marcha, y es necesario tener presente qué es lo que se quiere disfrutar y conseguir mientras se esté vivo. Hacer un esquema mental o incluso escrito sobre lo que se quiere es más útil de lo que mucha gente cree.
Hay quienes pueden sentirse abrumados a la hora de pensar en ello, pero no hay que tomárselo tapoco con excesiva trascendencia o perfeccionismo. Simplemente hay que hay que tener ciertas cosas claras para saber cómo hacer un plan de vida.
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¿Qué es un plan de vida?
Un plan de vida no es otra cosa que un boceto mental sobre el futuro. Está claro que lo que es pasado ya no se puede cambiar, y en cambio solamente se puede vivir el presente y todo aquello que vendrá.
Por lo tanto, tener un plan de vida es decidir cómo se va a vivir el momento presente de ahora en adelante. No se trata de definir con rigidez la forma en la que todo tiene que ir, pues en la vida hay un sinfín de factores que no se pueden controlar, pero una idea sobre lo que se quiere es muy útil.
Hacer un plan de vida permite enfocar la vida hacia dónde se quiere. Esto quiere decir que es más fácil centrar los esfuerzos en lo que se quiere lograr, siendo adecuada no solamente a largo plazo sino para el momento presente.
Se trata, al fin y al cabo, de tener una hoja de ruta para luchar por los propios sueños y deseos. Es muy recomendable anotarlos en un papel, y es que verlos escritos ayuda a darse cuenta de lo que importa de verdad para encaminarse a conseguirlo.
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¿Cómo hacer un plan de vida? Los 8 pasos clave para conseguirlo
Un plan de vida debe ser una herramienta útil para orientar la propia existencia. La diferencia entre conseguir lo que se quiere o no alcanzarlo tener su origen en algo tan simple como no tener un plan de vida.
Por esta razón a continuación se muestran las principales claves para saber cómo hacer un plan de vida. El valor que debe otorgarse a este ejercicio es algo que las personas más exitosas conocen bien, sean cuales sean sus objetivos vitales.
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1. Aceptar la situación
Para empezar no hay nada más importante que ser realista. Para poder elaborar un plan de vida primero hay que tener claro el punto desde el que se parte, sea cual sea. La vida no va de tener las mejores cartas, sino de jugar las que se tiene. Por esta razón es muy importante entender que no hay que caer en el error de fustigarse por no estar en la situación soñada.
2. Controlar las expectativas
La ciencia de la psicología nos informa de que las expectativas tienen un papel esencial en la felicidad. Poner unas metas extremadamente elevadas o inalcanzables no es la mejor de las ideas para poder vivir una vida feliz y apaciguada con garantías. Lo mejor es entender que se puede ser ambicioso, pero hay que machacarse con darle un valor autoimpuesto al fracaso antes de empezar
3. Disponerse a perseguir los sueños
La vida solamente se vive una vez, y no debe ser vivida según los deseos de otros. Desafortunadamente hay muchas personas que viven condicionados por las expectativas no solamente propias, sino de otros. Hay que tener en cuenta que todo el mundo merece librarse de este tipo de limitaciones que pueden llegar a arruinar una vida. Hay que perseguir lo que se quiere para poder ser feliz y sentirse realizado.
4. Establecer prioridades
Para poder tener un plan de vida es muy importante saber lo que se quiere. Hay quienes consideran que deben dar toda su dedicación a la familia, otros a vivir experiencias en países extranjeros, etc. Todo el mundo tiene sus ilusiones, metas y prioridades, y son totalmente intransferibles. Sin embargo hay que concretarlas y darles prioridad para que luego sea posible luchar por ellas.
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5. Entender las propias necesidades
Perseguir los sueños y establecer prioridades debe ir acorde con las propias necesidades. Hay personas que realmente desean algo pero en realidad necesitan hacer algún tipo de paso primero. Es importante entender cuando es el momento adecuado y necesario para hacer cada cosa, y darse cuenta de que algunas acciones tienen que ir detrás de otras.
6. Planificar
La planificación es fundamental para que un plan de vida dé frutos. Luego no es que todo tenga que cumplirse según lo previsto a rajatabla, pues al final puede que las cosas cambien poco o mucho según lo planteado. Sin embargo esto permite crear una hoja de ruta para saber hacia dónde hay que dirigirse y con más detalle.
7. Valorar la compañía
Los seres humanos somo seres sociales y necesitamos estar con otras personas. Obviamente hay personas mucho más independientes que otras, y a muchas les gusta vivir solas y disfrutar de su soledad. Sin embargo, todo el mundo necesita tener ciertas personas en su vida que le den soporte emocional y social, y esto es algo que debe considerarse. En un plan de vida hay que implicarse con quienes se considere oportuno.
8. Poner el plan en práctica
Hasta aquí se ha hablado de la teoría, pero lo más importante es poner el plan en práctica. Este paso es crucial, y es que muchas personas piensan mucho sobre cómo deben encaminar su vida pero luego no consiguen dar un paso adelante. Un plan de vida implica inherentemente vivirlo, y para ello siempre hay que dar el primer paso. Es importante recordar que no hay que abrumarse y pensar en pequeñas metas siempre.
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Referencias bibliográficas
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Birsel, A. (2016). Diseña la vida que quieres: La guía para conseguir todo lo que te propongas. España: Lunwerg Editores.
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Küppers, V. (2016). Vivir la Vida con Sentido. Barcelona: Plataforma Editorial.
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Oller, J. (2001). Vivir es autorrealizarse: Reflexiones y creaciones en Análisis Transaccional. Barcelona: Editorial Kairós.
