Las 3 fases de la adolescencia (y qué esperar de cada una)

Las distintas etapas de la adolescencia se caracterizan por cambios anatómicos, neuronales, cognitivos y sociales, entre muchos otros. Un repaso por las particularidades de cada fase.

Fases adolescencia

En 1950, se estimaban en el mundo unas 722 millones de personas jóvenes, representando casi el 30% de la población general. A día de hoy, aunque esta cifra haya aumentado a los 1.800 millones, el porcentaje es 4,8 puntos inferior. La población mundial se encuentra cada vez más envejecida y, por tanto, la fracción de adolescentes disminuye de forma notable con los años.

La adolescencia es una etapa vital convulsa y difícil, caracterizada por cambios anatómicos, neurológicos, cerebrales y hormonales cuantificables (pero no iguales en todos los casos). Todos recordamos con cariño nuestra adolescencia pero, sin duda, se trata de una fase llena de dudas e incertidumbre. Las cifras gubernamentales reflejan estos sentimientos, ya que se estima que casi el 6% de los adolescentes y adultos jóvenes sufren depresión en esta etapa.

Las tendencias adictivas también se asocian a esta fase, pues el el 76% de los adolescentes consumen alcohol, el 35% tabaco, el 27,5% cannabis y más del 10% hipnosedantes. En la adolescencia descubrimos la vida en todo su esplendor, vivimos nuestros primeros avances sexuales, nos especializamos a nivel estudiantil y saboreamos por primera vez la independencia, pero todos estos eventos tan bellos también conllevan riesgos inherentes.

Seas padre o joven, leer las líneas que vienen a continuación te interesará. Conocer las fases emocionales y físicas por las que pasa un adolescente es esencial para ayudarle de la forma correcta a sobreponerse a sus dificultades, así que no te pierdas las 3 fases de la adolescencia y sus características.

¿Cuáles son las etapas de la adolescencia?

En el sentido más amplio de la palabra, la adolescencia es el periodo de transición desde la niñez a la edad adulta. Históricamente, este proceso se coloca en el intervalo temporal entre los 12 y 18 años: la primera cifra refleja el inicio de cambios hormonales relacionados con los caracteres sexuales, mientras que la segunda es un constructo social que indica la independencia legal en la mayoría de países occidentales.

La adolescencia co-ocurre con la pubertad, evento que engloba los cambios fisiológicos corporales impulsados por las glándulas adrenales y gónadas, productoras de las hormonas sexuales. Así pues, el término “adolescencia” engloba los cambios biológicos, emocionales y sexuales del individuo, mientras que la pubertad se basa principalmente en el desarrollo de caracteres sexuales secundarios y la redistribución de tejido graso en el cuerpo, que se inician en la primera fase de la adolescencia.

Una vez hemos conocido las diferencias entre adolescencia y pubertad y cuándo tienen lugar, estamos listos para sumergirnos en el mundo del adolescente. Te contamos las 3 fases principales que describen el proceso.

1. Adolescencia temprana (10-14 años)

De forma general, se concibe como adolescente temprano a cualquier persona entre los 10 y 14 años de edad, aunque en algunos casos este periodo puede iniciarse antes. En esta etapa, el niño/a empieza a crecer más rápido y a sufrir cambios corporales, incluyendo el agravamiento de la voz en hombres, la relocalización del tejido adiposo y el crecimiento de las mamas en las mujeres.

Para que te hagas una idea objetiva de estos cambios, basta con saber que los valores máximos de testosterona circulante en niños de 10 a 11 años son de 130 nanogramos/decilitro. A partir de los 12-13 años, este valor puede incrementarse a 800 ng/dl, para llegar a los 14 a la cifra de 1.200 ng/dl.

Por otra parte, las mujeres pasan por su primer período en esta etapa, generalmente 2-3 años después del inicio del crecimiento mamario. La menarquia es la primera menstruación que tiene la mujer, y se debe a la activación de los ovarios y la consecuente producción hormonal que esto supone (como la hormona foliculoestimulante y la luteinizante).

En esta etapa, tanto chicos como chicas a nivel biológico pueden tener diversos problemas de identidad de género, pues no debemos olvidar que el determinismo sexual (hombre-mujer) no explica el espectro de manifestaciones emocionales que muestra el ser humano. Se estima que hasta el 0,6% de la población adulta estadounidense es transgénero, razón por la cual hay que tener muy en cuenta las cuestiones de identidad a la hora de abordar la adolescencia temprana en una persona.

Además, cabe destacar que los adolescentes tempranos suelen pensar “en blanco y negro”, con opiniones que solo oscilan entre lo genial y terrible. También presentan una personalidad marcada por el egocentrismo, lo que conlleva una inseguridad personal inherente y el miedo a ser rechazado por el resto de compañeros. La exclusión social es muy peligrosa en esta etapa y puede tener efectos muy nocivos a largo plazo.

Adolescencia temprana

2. Adolescencia media (15-17)

En este punto, se ha completado la pubertad, es decir, las personas adquieren la capacidad reproductiva. Esto no significa que el cuerpo deje de desarrollarse pues, por ejemplo, el pico de masa ósea se alcanza a los 30 años de edad, y el de masa cerebral a los 20. El crecimiento de talla en altura puede extenderse hasta los 20 años de edad, así que la finalización de la pubertad solo indica la acción de ciertos patrones hormonales.

A lo largo de esta etapa, los adolescentes desarrollan la capacidad de pensamiento abstracto, o lo que es lo mismo, pueden crear ideas originales o plantear situaciones que los ayuden a anteponerse a posibles escenarios. También se empiezan a plantear planes a largo plazo y adquieren interés por cuestiones vitales y razonamiento moral. Además, en este punto se comienza de media a explorar la sexualidad, lo que incluye actos sexuales conjuntos y masturbación, entre otras cosas.

Estudios estipulan que, en algunos países europeos, la media de edad en la que se experimenta la primera relación sexual es de 17,7 años. Fuentes gubernamentales también estiman que el 17% de las mujeres entre los 14 y 17 años de edad presentan al menos una Infección de Transmisión Sexual (ITS), es decir, que 1 de cada 4 adolescentes se infectarán con algún agente patógeno ligado al sexo antes de salir del instituto.

Aunque estos datos parecen anecdóticos, evidencian la importancia de la educación sexual en los adolescentes medios. No hay tabúes que valgan con esta temática, ya que es necesario otorgar a los jóvenes todos los medios y conocimiento necesarios para que puedan practicar el sexo de forma segura.

Adolescencia media

3. Adolescencia tardía/ adultez temprana (18-24 años)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) fija el fin de la adolescencia a los 19 años de edad, mientras que otros organismos lo colocan mucho más tarde. Estas discrepancias evidencian que no existe una cifra oficial que delimite el final de este proceso, sobre todo porque el alcance de la mayoría de edad (18 años) no se asocia casi nunca a nivel fisiológico con el término de la adolescencia.

En este punto, se alcanza el pico de masa cerebral y la persona crece en su totalidad, habiendo desarrollado sus caracteres sexuales secundarios completamente. La identidad de género se ha establecido (como mínimo a nivel conceptual), y los adultos tempranos suelen tener un mejor control de impulsos y capacidad de análisis para establecer riesgos/beneficios a priori. En esta etapa se produce un desarrollo cognitivo y social muy importante, pero los cambios físicos son mínimos.

Cabe destacar que, durante esta época, se observa un claro sesgo de género en desajustes emocionales. El 9,1% de las mujeres jóvenes refieren síntomas de ansiedad crónica, mientras que este porcentaje en hombres es de un 4,3%. Por otro lado, la depresión afecta al 9,2% de féminas y al 4% de varones. Muchas fuentes se basan en los desequilibrios hormonales para explicar esta diferencia, pero nos tememos que, seguramente, la realidad sea distinta.

Durante la adolescencia media y temprana, las mujeres están en claro riesgo de sufrir asaltos sexuales, discriminación en las primeras etapas laborales y aislamiento social. También suelen estar sujetas a unos estándares de belleza mucho más férreos que los hombres y, por ello, la anorexia y la bulimia es un trastorno casi exclusivo de chicas adolescentes-adultas jóvenes. La transición de la adolescencia a la madurez conlleva una serie de connotaciones sociales en mujeres que deben ser, como mínimo, discutidas.

Adolescencia tardía

Resumen

No queremos terminar en una nota amarga, pues la adolescencia es un periodo de descubrimiento, emociones, turbulencias y búsqueda de identidad apasionante. De todas formas, es necesario subrayar que esta etapa de transición es muy diferente en las personas heteronormativas no racializadas y las minorías o, sin ir más lejos, entre el hombre y la mujer biológica.

Las personas trans, las mujeres biológicas o las personas con fenotipos “poco normativos” pueden sufrir mucho durante la adolescencia, y los datos lo avalan: el suicidio es la tercera causa de muerte en jóvenes entre 15 y 19 años. Para evitar este trágico desenlace, es necesario dar voz y permitir la inclusividad de todo ser humano en la sociedad, independientemente de sus particularidades.

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