¿Cómo puede el estrés agravar mi problema de tiroides?

La glándula tiroides es esencial para regular correctamente el metabolismo del cuerpo, pero el estrés psicológico y emocional puede afectar a su funcionamiento. Veamos cómo manejar esta situación para frenar el problema.

Cómo puede el estrés agravar mi problema de tiroides

La glándula tiroides es mucho más que una parte de nuestro cuerpo; además, forma parte de un circuito de causas y efectos que se relaciona estrechamente con nuestro estado psicológico. En este artículo veremos el modo en el que el estrés puede tener un papel en el funcionamiento de la tiroides, y las implicaciones de esto en el ámbito de la salud.

¿Qué es la glándula tiroides?

La tiroides es una pequeña glándula situada en la parte frontal del cuello, justo debajo de la nuez y sobre la tráquea. Como glándula endocrina que es, sus principales unciones están ligadas a la segregación de hormonas, de manera que trabaja coordinándose con muchas otras productoras de hormonas repartidas por el cuerpo (como por ejemplo las glándulas suprarrenales o la glándula pineal) y con en sistema nervioso para ayudar a la persona a ajustarse a diferentes circunstancias en cuestión de segundos, además de participar en el desarrollo y el crecimiento del organismo.

Es decir, que si bien la glándula tiroides influye en muchas áreas del cuerpo humano, también se ve afectada por muchas otras, y a través de varias vías. Esto es normal, porque el sistema endocrino, basado en la emisión y recepción de hormonas en la sangre y en varios órganos repartidos por el cuerpo, tiene como objetivo llegar a situaciones de “equilibrio” en las que el organismo se adapta a los requerimientos del entorno y/o de la etapa de desarrollo y maduración de la persona (va cambiando con la edad).

En concreto, las principales funciones de la glándula tiroides tienen que ver con:

  • La regulación del ritmo cardíaco
  • El ritmo del metabolismo
  • La capacidad atencional y de concentración en tareas
  • La respuesta sexual del organismo
  • El desarrollo y maduración del cuerpo en general y del cerebro en particular

Así pues, la tiroides está involucrada en procesos que tienen un desenlace a corto plazo y otros que lo tienen a largo plazo (crecimiento), pero todos ellos tienen algo en común: se basan en una red de interacciones muy complejas entre hormonas y células nerviosas. Aunque las hormonas manden sus “mensajes” de una manera más lenta que las neuronas (al depender de la circulación sanguínea para llegar a sus destinos), sus efectos se hacen notar por todo el cuerpo, y prácticamente no hay célula viva a la que no le llegue la influencia de este efecto dominó de estas moléculas. Por ello, los efectos del sistema endocrino y nervioso tienen un retorno en estas productoras de hormonas, que se ven afectadas por los posibles desajustes químicos o psicológicos que experimenta la persona.

Glándula tiroides

¿Cómo influye el estrés en los problemas de tiroides?

Con lo que hemos visto hasta ahora, ya se puede llegar a intuir que existe una relación entre el estado psicológico y el funcionamiento de la tiroides. Y cuando hablamos de fenómenos que son tanto psicológicos como fisiológicos, como es el caso del estrés, esta conexión está más clara.

Al estar muy estresados, nuestro cuerpo empieza a producir una gran cantidad de una hormona llamada cortisol, que parece dificultar el correcto funcionamiento de la tiroides y, en concreto, modifica sus patrones de producción de la hormona tiroidea. Si los niveles altos de estrés se mantienen durante mucho tiempo, esto puede afectar a la tiroides, que pasa a ser incapaz de hacer su trabajo. Y a su vez, las consecuencias que esto tiene en nuestra salud física (sobrepeso, inflamaciones…) y mentales (problemas de concentración, hipersensibilidad…) nos predisponen a seguir estando ansiosos o estresados, dando lugar a un círculo vicioso.

Además, el estrés se asocia a un funcionamiento alterado de las glándulas suprarrenales, que segregan cortisol; en ciertos casos, esta alteración llega a generar un cambio cualitativo en el funcionamiento del sistema inmunológico, lo cual hace que las defensas de nuestro cuerpo ataquen a ciertos tejidos celulares que están en la tiroides.

Eso sí, hay que tener en cuenta que en la mayoría de casos en los que ocurren estos fenómenos, o bien existe una predisposición biológica a tener problemas con el sistema inmunológico, o bien los niveles altos de estrés deben mantenerse durante mucho tiempo, cronificándose. Es poco probable que una sola experiencia de estrés elevado cause problemas de tiroides. A fin de cuentas, los mecanismos fisiológicos y psicológicos que hay tras el estrés son totalmente naturales, y el hecho de sentirnos estresados de vez en cuando no es algo malo de por sí ni algo a evitar a toda costa.

Ahora bien, está claro que quienes ya de por sí tengan problemas de tiroides tienen mucho más que perder si no logran manejar correctamente sus problemas de estrés. Por eso, en casos así es recomendable contar con asistencia psicológica.

Estrés

¿Qué hacer para evitar pasar por estas alteraciones?

Por suerte, hoy en día existen tratamientos médicos eficaces para mantener bajo control los problemas de tiroides, o al menos sus síntomas a corto plazo. Sin embargo, no se puede decir lo mismo del estrés, que requiere un abordaje más amplio combinando medicina y recursos provenientes del ámbito de la psicología. Es por eso que para llegar a gestionar bien las emociones en general y el estrés en particular, lo recomendable es o bien acudir al psicólogo directamente (la opción más eficaz), o bien intentar adoptar nuevos hábitos que promuevan la correcta regulación de la ansiedad en el día a día. Estos son varios consejos que te pueden ayudar a lograrlo:

  • Asegúrate de dormir lo suficiente y a tener un horario de sueño fijo.

  • No consumas sustancias adictivas.

  • Practica ejercicio moderado regularmente, mínimo dos veces por semana.

  • Fíjate una rutina de trabajo para rendir mejor y no dejar que el tiempo se te acumule de manera no productiva.

  • Come bien, siguiendo una dieta equilibrada que te aporte todos los macronutrientes y vitaminas que necesitas.

  • Practica Mindfulness regularmente.

  • Detecta tus comportamientos de gestión del estrés que te traen más problemas de los que resuelven (estirarte del pelo, comer sin hambre…)

  • Te recomendamos leer: "8 técnicas de relajación para evitar el estrés y la ansiedad"

Tiroide estrés

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