Las amígdalas del cerebro son parte de las estructuras más importantes del Sistema Nervioso Central.
Estos conjuntos de células nerviosas están presentes en nuestro cuerpo por duplicado: cada cerebro desarrollado de manera normal tiene una amígdala en cada uno de sus hemisferios.
Por otro lado, estas estructura están presentes en todos los vertebrados complejos, y se cree que esto se debe a su importancia en términos evolutivos, dado que parece llevar a cabo funciones muy básicas y elementales para la supervivencia.
En este artículo veremos en qué consisten estas partes del encéfalo y cuáles son sus funciones y su implicación en el modo en el que experimentamos las emociones.
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¿Qué es la amígdala cerebral?
Una amígdala cerebral, también llamada en ocasiones cuerpo amigdalino, es un grupo de neuronas (principalmente somas neuronales apiñados) situada en la parte más profunda del lóbulo temporal del cerebro. Esto significa que, como hay un lóbulo temporal en cada uno de los hemisferios cerebrales, en cada encéfalo hay dos amígdalas cerebrales, uno a cada lado.
Por otro lado, las amígdalas del cerebro forman parte del sistema límbico, un conjunto de estructuras encefálicas y redes neuronales cuya principal función tiene que ver con el procesamiento de las reacciones emocionales ante aquello que experimentamos, independientemente de si los estímulos provienen del exterior o de nuestra memoria o imaginación.
Así, las amígdalas cerebrales también participan en este proceso de generación y regulación de las emociones, aunque esto no significa que se encarguen de producirlas de manera individual y separada del resto.
Todas las partes del cerebro funcionan coordinándose entre sí, de manera que las reacciones emocionales solo pueden existir si las amígdalas trabajan de manera conjunta con otras muchas áreas del sistema nervioso e incluso con otras partes del cuerpo, sobre todo aquellas implicadas en el sistema endocrino.
Partes
Estas son las principales partes de la amígdala cerebral.
1. Núcleo central
El núcleo central del cuerpo amigdalino también está implicado en el procesoamiento de las emociones y sus implicaciones de cara a las acciones a emprender en el presente. Manda proyecciones nerviosas a muchas áreas del cerebro.
2. Núcleo medial
El núcleo medial está involucrado en el procesamiento de la información proveniente de las feromonas que hay en el exterior, y está relacionado con el estado de activación hormonal del organismo, coordinándose con este.
3. Complejo basolateral (o núcleos basolaterales)
Este conjunto de sub-estructuras son los núcleos basal, accesorio-basal y lateral de la amígdala, los cuales participan en el aprendizaje a partir de mecanismos de reacción emocional.
Funciones de esta parte del cerebro
A continuación encontrarás clasificadas varias de las funciones atribuidas a la amígdala.
Ten en cuenta que aún falta mucho que investigar al respecto, y cada uno de los estudios que se han realizado sobre este tema son muy complejos de interpretar justamente por lo ya comentado: es complicado saber hasta qué punto una función es más dependiente de la amígdala teniendo en cuenta que siempre trabaja en conjunto con otras estructuras del organismo.
1. Procesamiento de las emociones
Como ya ha quedado mencionado, la amígdala cerebral participa en el conjunto de estructuras nerviosas ligadas a la experimentación de emociones.
Se cree que tiene un rol fundamental en las reacciones de miedo y en las respuestas de ansiedad e hiperactivación ante situaciones vistas como algo peligroso. También se ha visto que se activan en la interpretación de los gestos faciales.
Por otro lado, en trastornos como la depresión mayor, el Trastorno Bipolar o la fobia social estas estructuras muestran patrones de activación que resultan inusuales, lo cual tiene sentido teniendo en cuenta que en todos ellos quedan involucrados los procesos de regulación emocional y de reacción ansiosa a situaciones específicas.
En general, se ha visto que los cuerpos amigdalinos son muy importantes a la hora de integrar las emociones entre sí, haciendo que surja una emoción preponderante que “resuma” nuestro posicionamiento o actitud ante un evento, y esto nos permite tener una respuesta clara y coherente ante las vivencias que experimentamos en el día a día.
2. Intervención en la memoria
Existen indicios de que la amígdala cerebral participa en la consolidación de los recuerdos. En concreto, contribuye a que queden fijados y asociados a cierto tipo de emoción; cuanto más intensa sea esa emoción, más sólida será esa fijación en la memoria a largo plazo.
Como consecuencia, se cree que las amígdalas también están involucradas en los sistemas de aprendizaje a partir de la experiencia, asumiendo que nuestra reacción emocional a los eventos pasados nos predispone a actuar de uno u otro modo en el presente cuando nos exponemos a situaciones relacionadas con los contenidos de esos recuerdos.
Por ello, muchas investigaciones analizan la actividad de los cuerpos amigdalinos en relación a situaciones experimentales de condicionamiento.
3. Respuesta de satisfacción
La amígdala tiene un papel en el surgimiento de la reacción de satisfacción, sobre todo en aquellas conductas relacionadas con la ingestión de alimentos. Esto marca el final de una conducta, ya que al sentirse saciado la motivación para seguir haciendo lo que estábamos haciendo, disminuye.
4. Intervención en la respuesta sexual
Como parte del sistema límbico, la amígdala también aporta mucho en los procesos de conducta sexual, aportando factores de motivación y predisposición (algo que no ocurre en los sujetos asexuales). Además, reacciona de una manera muy intensa a la presencia de las hormonas sexuales.
5. Gestión de las relaciones sociales
Se cree que la amígdala está involucrada en la interpretación del contenido emocional de las caras de las otras personas, y también que elicita una respuesta emocional al grado de proximidad de los demás con respecto a nosotros.
6. Puente de comunicación entre otras partes del cerebro
No hay que olvidar que más allá de los procesos mentales llevados a cabo por la amígdala, esta también actúa como “parada intermedia” entre diferentes regiones del encéfalo.
En concreto, cada amígdala se comunica a través de neuronas con el diencéfalo (concretamente, con el tálamo y con el hipotálamo), el núcleo accumbens, el locus coerulus y muchas otras.
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