Las 5 diferencias entre ser inteligente y ser listo

La inteligencia se basa en la obtención de conocimiento, mientras que alguien listo brilla por su sagacidad e inmediatez a la hora de actuar. Veamos las diferencias entre ser inteligente y ser listo.

Diferencias ser inteligente ser listo

Los seres humanos tendemos a compartimentalizar todo y colocarle un número a cada facultad. Buscamos “espacios seguros” en nuestro entorno tanto interno como externo y, por lo tanto, queremos otorgarle un valor concreto a cada capacidad, por etérea que sea. La inteligencia, concebida como la capacidad de utilizar la lógica y comprensión (entre otras muchas otras cosas), también se puede calcular con una serie de procedimientos.

De todas formas, cabe destacar que el auge de los cocientes intelectuales (CI) ya ha pasado. Miembros del instituto de ciencias matemáticas de la Universidad de Nueva York (como Nassim Taleb) y otras eminencias afirman que el CI es un claro ejemplo de pseudociencia y, por ende, carece de validez estadística. El concepto de inteligencia, desde un punto de vista numérico, requiere del análisis de muchos parámetros más.

Curiosamente, todos podemos identificar de forma rápida cuando alguien es inteligente, pero, ¿acaso sabemos definir este término? Con todas estas ideas en mente, tratamos de desglosar las principales diferencias entre ser inteligente y ser listo. Como en toda confusión lingüística, se encuentran tantos puentes como disparidades entre ambos términos. No te lo pierdas.

¿Cuáles son las diferencias entre ser inteligente y ser listo?

La inteligencia, a menudo concebida en el plano terrenal como una persona sabia, experta e instruida, se circunscribe casi únicamente a los humanos. Se cree que la inteligencia es algo que se desarrolla desde el momento del nacimiento hasta la vejez, pues el ser humano nunca deja de aprender y establecer sinapsis neuronales (aunque el momento crítico para ello son los primeros años tras el nacimiento).

De todas formas, la etología, rama de la biología que estudia el comportamiento animal no humano, cada vez desafía más la regla de que la inteligencia es algo únicamente reservado a la especie Homo sapiens. Como veremos en las siguientes líneas, las diferencias entre ser inteligente y ser listo van mucho más allá de los humanos, incluso del grupo de los homínidos. No te lo pierdas.

1. Ser listo implica una connotación más instintiva que ser inteligente

Antes de desglosar ambos términos, acudamos a sus definiciones. La inteligencia es un concepto mucho más complejo de abordar, pero aunque pequemos de reduccionistas, se puede describir como la capacidad individual de entender, resolver problemas, conocer y presentar habilidad, destreza y experiencia. En términos más generales, se concibe como la habilidad para recibir información y retenerla en forma de conocimiento a largo plazo.

Por otro lado, ser listo hace referencia a un constructo humano bastante más sencillo. Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), alguien listo es sagaz, avispado, apercibido, preparado, diligente y expédito, entre otras cosas.

Como puedes ver, una persona inteligente es aquella capaz de procesar la información, retenerla en forma de conocimiento y aplicarla de la manera más eficaz posible. Por otro lado, una persona lista es aquella que muestra rapidez para afrontar las distintas situaciones vitales. Dicho de manera sencilla, la inteligencia va más dirigida al conocimiento teórico, mientras que ser listo se enfoca en un sentido más práctico en el día a día.

Ser listo

2. Existen muchos tipos de inteligencia, pero no hay clasificaciones para los listos

El psicólogo Howard Gardner, vivo a día de hoy, postuló en 1983 lo que hoy se conoce como la “teoría de las inteligencias múltiples”, que explora los distintos tipos y habilidades derivadas de esta capacidad de percepción/comprensión/aplicación. Según este pensador, la inteligencia se puede dividir en los siguientes frentes:

  • Lingüístico-verbal: mayor destreza para escribir, leer, hablar y comunicarse de forma multimodal.
  • Espacial: cognición espacial, facilidad para el trabajo con objetos, artes visuales y navegación en el entorno tridimensional.
  • Musical: destaca la percepción musical, la vinculación de la música con las emociones y la producción de música.
  • Kinestésica: una percepción mejorada del cuerpo, su armonía y movimiento.
  • Naturalista: reconocimiento de patrones en el entorno natural, además de la comprensión de los ecosistemas, sus partes y el funcionamiento.
  • Lógico-matemática: el concepto que se asocia más a menudo con la inteligencia tradicional, razonamiento, números y resolución de problemas complejos.

Podríamos citar hasta 6 tipos de inteligencia más (a día de hoy son un total de 12), pero creemos que la idea queda bastante clara. Ser listo implica responder de forma rápida a las situaciones vitales, mientras que la inteligencia está compuesta por muchas variantes aplicadas a distintos ámbitos. De todas formas, cabe destacar que no todos los profesionales están de acuerdo con la clasificación de Gardner.

3. Otros animales pueden ser inteligentes, pero no listos

Adjetivos como “despierto”, “astuto”, “rápido” o “sagaz” no son aplicables en el reino animal, pues todos estos conceptos se engloban en una realidad mucho más primal: el fitness o aptitud biológica. No se nos ocurre decir que un animal es sagaz, sino que es más rápido que el resto por su constitución muscular y, por ende, es capaz de dejar atrás a sus depredadores y competidores.

La inteligencia, por otro lado, concebida como la percepción de uno mismo y la capacidad de conocer y resolver problemas, sí que se ha demostrado en otros seres vivos más allá de los humanos, incluso fuera de los homínidos. A día de hoy, se está estudiando la inteligencia en cetáceos, elefantes y primates, aunque también se extiende el terreno a perros, gatos, mapaches, roedores, aves (psitácidas) y córvidos.

Dicho de forma más sencilla, un animal nunca puede ser más listo (sino más apto), pues las habilidades que se conciben dentro de esta cualidad son las que explican la propia aptitud biológica individual de una especie. Por otro lado, ciertas especies sí podrían llegar a ser inteligentes, pues esto conlleva autopercepción, conocimiento, preservación de la información e incluso cultura. Como algunos de estos rasgos se escapan de la selección natural pura, ofrecen un terreno de investigación mucho más interesante.

Animales inteligentes

4. La finalidad y el camino son distintos en cada tren de pensamiento

Como ya hemos establecido, una persona lista busca que la eficacia prime sobre la comprensión y el conocimiento. Así pues, alguien listo tratará de maximizar sus actos para alcanzar la finalidad buscada, pero no necesariamente requiere entender los mecanismos subyacentes a cada conducta y consecuencia.

Por otro lado, la inteligencia se caracteriza por querer entender, independientemente de que el resultado tarde más o menos en llegar. Se busca el curso de acción más lógico y racional, sin importar que no sea el más efectivo. El control emocional y el pragmatismo define a las personas inteligentes, mientras que la sagacidad y la intuición son mucho más típicas de los listos.

5. Ser listo suele tener un enfoque más práctico que ser inteligente

Una persona lista, astuta y vivaz también suele ser encantadora y sabe integrarse en las dinámicas grupales sin problemas. Por contraintuitivo que pueda sonar, se puede especular que las personas listas, en general, tienen más inteligencia emocional que las que son inteligentes al uso.

Si recuperamos el modelo de las inteligencias múltiples de Gardner, veremos que algunos de los últimos tipos de inteligencia postulados son la intrapersonal y la interpersonal, es decir, la capacidad para entenderse a uno mismo y dominar las emociones propias, pero también para saber aplicar sus cualidades en un contexto concreto. Dicho de otro modo, una persona con inteligencia lógico-matemática (inteligencia típica) no tiene por qué tener destreza en el ámbito social, de hecho, no suele ser así.

Existen muchísimos ejemplos de personas inteligentes que no han brillado por su capacidad social, desde H.P Lovecraft a Newton, pasando por muchas personalidades contemporáneas más. A veces, las personas inteligentes se centran en estudios y datos, olvidando los sentimientos y emociones del resto. Por otro lado, la gente lista sabe “leer mejor la habitación”, aunque no tenga la teoría aprendida.

Inteligencia

Resumen

Las diferencias entre ser inteligente y ser listo se pueden concentrar en una sola idea: ser listo es un rasgo que personifica a la intuición, mientras que la inteligencia refleja la búsqueda de conocimiento y su comprensión en todas las facetas posibles. Uno quiere aplicar, y el otro razonar. Son dos caras de la misma moneda, pues de poco sirve ser la persona más inteligente del mundo si no eres capaz de transmitir tus ideas al resto, ¿verdad?

Lo ideal siempre es ser listo e inteligente a partes iguales: querer conocer de forma incansable, pero también saber transmitirlo y aplicarlo en el día a día, más allá de constructos teóricos. De todas formas, ambos tipos de personas son igual de esenciales en la sociedad, pues no todo se sustenta en teorías, pero la acción sin las bases teóricas es imposible.

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